Hoy os quiero regalar otra canción. En este caso es en español, así que me ha costado menos trabajo escribirla. Considero que describe como pocas la esencia de cristianismo auténtico, del verdadero mensaje de la Biblia.
Os dejo con la canción "En Ti" de Alex Sampedro. Debajo os dejo la letra para que la disfrutéis como se debe.
En Ti. Alex Sampedro.
¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis
manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?
¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.
¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis
manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?
¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.
En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Ya hace un tiempo, hablé sobre el caso del pastor
iraní Youcef Nadarkhani, encarcelado y en el corredor de la
muerte por el crimen de ser cristiano en su país. Al poco tiempo de enterarse de su condena a
muerte por blasfemia contra el Islam, escribió una carta a los cristianos de
todo el mundo, aquí os la dejo para que saquéis vuestras propias conclusiones. La
he extraído de la página web Noticiacristiana.com.
Gracia y paz de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo”
Por
tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el
autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la
cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:1-2.
Cuando
uno entiende la revelación de la verdad, esa persona va a estar dispuesta a
compartirla con otras personas y las generaciones futuras. Estamos muy
agradecidos por aquellos que en el pasado lucharon por la Verdad, que nos permitieron
tener acceso a esta revelación gloriosa de Jesucristo. Estos creyentes a
comprendieron la riqueza y belleza de la revelación, y estaban dispuestos a
luchar con el fin de transmitir el fruto de la revelación.
¿Cómo
podemos dar frutos similares a la vida eterna? Depende de lo que hacemos. En
primer lugar tenemos que cerrar nuestros oídos a la voz de la oscuridad, como
está escrito en el primer salmo: “Bienaventurado el varón que no anduvo en
consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de
escarnecedores se ha sentado”, Salmo 1:1.
La
segunda cosa es abrir nuestros oídos a la voz del Espíritu que habla a través de
la Palabra de
Dios, como está escrito: Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su
ley medita de día y de noche. Salmo 1:2.
El fruto de la comunión con el Señor por medio de Su Palabra es el dador de
vida que garantiza la estabilidad de la vida y el impacto en las vidas de otras
personas que dan su fruto para siempre, como dice la Escritura: Él es como un
árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, Y su
hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. Salmo 01:3.
“Un
salto de fe”
Mucha
gente admira a Jesús como un único modelo a seguir para las generaciones, a
muchos les gustaría imitarlo. Jesús vino no sólo para ser admirado, nos dio un
modelo perfecto a seguir. Si quieres ser como Él, debemos dar un paso en la fe,
al igual que Pedro. Cuando Pedro vio caminar a su Señor en el mar embravecido,
pidió ir al encuentro de Jesús sobre el agua. Entonces Jesús le dijo: “Ven.”
Todos optaron por seguir al Señor y de alguna manera han escuchado: “¡Ven!” Una
orden que implica un paso de fe. Como es evidente en las Escrituras, no podemos
ver la fe. La fe, la Biblia
define: “La fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las
cosas que no se ve”.
Tenemos
que dar un paso de fe “a pesar de las dificultades”, “a fin de experimentar el
poder de Dios. Pero debemos recordar que todo debe hacerse de acuerdo a la Palabra de Dios. Pedro, no
experimentó la capacidad de caminar sobre el agua debido a que simplemente
decidió abandonar el barco, pero a causa de la Palabra del Señor. La Palabra de Dios nos dice
que “nos metemos en problemas” y desgracia a causa de su nombre.
Nuestra
fe, no es genuina si pasamos por alto estas palabras, sino se manifiesta en los
sufrimientos nuestro Señor. Cualquier persona que hace caso omiso de ellas se sentirá
avergonzado de ese día.
Recuerde que a menudo el paso de la fe, nos enfrenta a algunas dificultades.
Como la Palabra
guió a los israelitas fuera de Egipto y se puso delante un obstáculo llamado
Mar Rojo. Estas dificultades entre las promesas de Dios y su cumplimiento,
sirven para cuestionar y fortalecer nuestra fe.
Los
creyentes deben aceptar estos desafíos como parte de su viaje espiritual. El
Hijo en el Calvario fue impugnado, el camino más difícil, está escrito en las
Escrituras: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas
con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a
causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia”, Hebreos 5:7-8.
El
grito de “¡Elí, Elí, ¿lama sabactani?” (Dios
mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?) Es suficiente para expresar los
sufrimientos de nuestro Señor en el Calvario. Detrás de esta petición de ayuda,
podemos identificar la gran fe que le llevó a aceptar la voluntad del Padre,
Sí, Él sabía que Dios no permitiría que “el Santo sufriera descomposición,” y
que en tres días, se levantaría de entre los muertos. Además del poder de la
muerte, el Señor vio el poder de la resurrección victoriosa.
No
necesito escribir nada sobre la base de la fe. Recuerde que independiente de
los tiempos buenos o malos, sólo tres cosas permanecen: la fe, la esperanza y
amor. Es importante para los cristianos asegurarse de qué tipo de fe, esperanza
y amor está siguiendo. Sólo lo que recibimos de acuerdo con la Palabra permanece para
siempre. Quiero animarles a vivir una vocación digna de la Santa Palabra.
Vamos
hermanos, ustedes que son herederos de la gloria de Cristo, sean ejemplos para
otros con el fin de ser un testimonio del poder de Cristo para el mundo.
Les
pido que vivir de acuerdo a la
Palabra de Dios, con el fin de rechazar las acciones que
generan dudas de oscuridad en sus corazones. La verdadera victoria elimina las
dudas, porque viene del oír la
Palabra de Dios con fe.
Sólo una iglesia basada en las
enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo con la ayuda y la protección de la Palabra de Dios que no
podrá destruir el devorador.
“Demos un testimonio
santo”
Su hermano en Cristo,
Yousef Nadarkhani
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de
Góspel Prime
Hace un poco, estaba releyendo la entrada que publiqué hace justamente un año. Ahí prometía que seguiría hablando sobre algo que realmente
no he vuelto a mencionar, así que de eso me gustaría hablar hoy, de eso que se
ha dado por llamar relativismo.
El posmodernismo es una palabra bastante difícil de expresar
porque comprende muchas disciplinas como la filosofía, el arte, o la religión. Pero
lo que sí que se puede decir es que surgió como reacción al racionalismo
estricto del modernismo elevando la subjetividad moral por encima de la
objetividad reinante en el modernismo. Es decir, en reacción ante la lógica
matemática del modernismo (o en todo caso, después), surgió un movimiento
llamado posmodernismo que se basa en el relativismo y ha sido el principal
instrumento por el cual actualmente es tan importante en nuestra sociedad.
Lo que viene a decirnos el relativismo es que no existen
verdades ni valores absolutos y que, por lo tanto, es el individuo, desde su
prisma cultural, ideológico y religioso, el que debe seleccionar lo que, para él,
es verdad. Porque el hecho es que la verdad no puede llegar a ser conocida. Así
dicho puede sonar muy poético, pero estas afirmaciones tienen varios problemas
de base.
El primero y más obvio, es que la sentencia noexisten
verdades ni valores absolutos es una paradoja, es un absurdo lógico y, por
lo tanto, debe ser rechazado de entrada. Me explico. Esta afirmación en sí
misma pasa por ser una verdad absoluta, se niega categóricamente algo, eso es
un absoluto. Pero si esa misma afirmación niega las verdades absolutas,
entonces nos encontramos con que se niega a sí misma, con lo cual jamás podrá
llegar a ser cierta.
Está claro que para una persona, el venir de un trasfondo o
de otro influye en la manera en que entienda lo que sucede o incluso en la
manera en que reaccione al respecto. Está claro que lo que sucede dentro de
nuestras mentes nos coarta, nos impulsa, nos afecta, nos hace creer una cosa u
otra. Es posible que tengamos un hecho, que ha habido un accidente de coche en
el que han muerto 3 personas, y diferentes personas con diferentes trasfondos
lo puedan interpretar de diferentes maneras, pudiendo uno llegar a pensar que
el conductor se ha chocado contra el árbol porque iba discutiendo con su mujer
por teléfono y otro pensar que lo ha hecho porque ha sido el castigo de Dios
por no haber bajado la basura la noche anterior. Son dos interpretaciones
completamente diferentes de un mismo hecho. Pero lo que no podemos considerar
como verdad son las interpretaciones de esos dos personajes, sino que ha habido
un accidente de un Opel Corsa rojo, en el que se ha estampado contra un árbol y
han muerto tres varones de 19, 23 y 45 años. No es que haya diferencia entre mi verdad y la verdad, es que mi verdad es una opinión, la verdad es objetiva,
incambiable y única, por eso es verdad. Mi opinión tendrá más o menos de verdad según esté más o menos en consonancia con la verdad.
En cuanto a la sentencia la
verdad no puede llegar a ser conocida, también muy común, se trata de otra auto
negación. Me explico. Es demasiado presuntuoso el decir que la verdad no puede
llegar a ser conocida, por el sencillo hecho de que para hacer esa afirmación
con total convencimiento y sin miedo al error, el que la hace debería conocerlo
todo, y haberse asegurado inequívocamente de que no existe la manera de
conocerla por ningún método. El problema llega cuando esa persona, que ya ha
sondeado los misterios de la sabiduría, la filosofía, la religión y de todas
las disciplinas existentes, y ya ha adquirido el saber suficiente como para
atreverse a hablar en esos términos tan absolutos (términos de los que ya antes
negó su existencia) como si hablara en nombre de la verdad, niega la validez de
su propio razonamiento al explicar que no es posible conocer lo que él, de
hecho, ya conoce. Simplificando, lo que dice es que él conoce la verdad, y que, por lo tanto, conociéndola, puede negar la capacidad de conocerla. Otra paradoja, un poco más complicada de captar, pero igual
de imposible.
Yo creo firmemente que la verdad existe, por el sencillo
hecho de que todo intento de negarla resulta en un absurdo y porque,
sinceramente, creo que un árbol que se cae en medio del bosque, lo hace aunque
nadie lo vea, aunque no afecte a nadie y aunque nadie tenga una opinión al respecto. No es una cuestión, únicamente
de si yo creo esto u lo otro y tú crees lo contrario, y todos tan contentos. Es
una cuestión mucho más grave y mucho más importante. ¿Qué es la verdad? Parece una pregunta un poco tonta, demasiado genérica
y sin demasiada importancia, pero lo cierto es que tiene muchas más trascendencia
de lo que parece.
La mamá pavo iba por el bosque muy contenta seguida de sus
polluelos en fila india. Hacía apenas unos pocos días que habían salido de los
huevos y la seguían a donde quiera que fuera. Ella estaba muy orgullosa, los
polluelos eran muy bellos, llegarían a ser muy buenos pavos, grandes, fuertes,
crecerían y se reproducirían para orgullo de su feliz mamá.
Era madre primeriza, pero había tenido buena maestra en el
arte de criar polluelos, y había deseado durante toda su vida que llegara el momento en
que engendrara vidas, aunque jamás se imaginó que los llegara a querer tanto y
que llegasen a ser tan preciosos como ella los veía. Se le caía la baba cuando
los veía corretear por entre los matorrales y los árboles siguiéndola por el
tupido bosque en la constante búsqueda de un verde manjar que llevarse a la
boca.
Pero ese día, algo comenzó a oler mal. La mamá pavo nunca
antes había tenido aquella sensación, pero algo en su cabeza le alertó de una manera
que no pudo obviarlo. El viento corría desde el arrollo que bajaba de la
montaña blanca, desde ese lugar del que llegan los vientos calurosos en verano,
y ese aire traía un olor extraño, rancio, incluso oscuro. Era hacia allí hacia
donde se dirigía con sus pequeños así que corrigió el rumbo y se encaminó lo más
rápido que puso en dirección contraria, huyendo de aquel mal que desconocía,
pero de todas maneras temía, ya no solo por ella, sino por sus polluelos que
ahora dependían de ella.
No podía ir más rápido, sus pequeños tenían las patas mucho
más cortas que ella y se agotaban con facilidad, así que tuvo que adecuarse a
su ritmo. Al poco rato, se dio cuenta que el aire ya no solamente traía un olor
extraño, sino que también transportaba algo así como una niebla rara, que olía
a rayos. Seguía sin saber qué era, pero sí que supo aún más que era algo de lo
que debía huir, y de lo que debía esconder a sus crías. Los animó a que fueran
más rápido, pero ellos no podían más, estaban agotados, así que tuvo que
aminorar el ritmo, los pobres estaban haciendo lo que podían.
Y entonces fue cuando empezó a nevar. Pero no era una nieve
normal, era una nieve muy extraña. No mojaba, solo manchaba. Y tampoco era del
todo blanca, parecía como gris. Pronto, todo se comenzó a llenar de esa nieve. Cuando
se quiso dar cuenta, vio que estaba sola, que sus pequeños no habían podido
seguirla. Desesperada, se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos para intentar buscarlos, no
podía dejarlos a merced del mal que los perseguía.
Lo encontró un poco más atrás en el camino. Estaban
exhaustos. No podían dar un paso más. Ella podía seguir adelante, pero sus
polluelos no lo lograrían. Los abrazó mientras fue consciente del calor que
estaba empezando a hacer, los guardó a todos bajo sus alas. Ya era muy difícil respirar a causa de la niebla que
lo estaba llenando todo. Y entonces fue cuando vio lo que estaba causando ese
infierno.
Delante se alzaba imponente una masa amarilla, roja,
brillante, ardiente, demoledora. Estaba devorando los árboles uno a uno, todos
los animales que no huían de esa destrucción eran deglutidos sin compasión.
De pronto, la desesperación le embargó. No podía ser, ella y
sus pequeños iban a ser destruidos por ese ardiente y brillante mal que se
acercaba, alentado por el viento, justamente hacia ellos. Entonces tuvo que
tomar una decisión. Aún podría huir, pero solamente ella, tendría que dejar atrás
a sus pequeños. Pero no podía hacerlo, los amaba, quería que crecieran, que
experimentaran la belleza de la vida, que aquel no fuera su último día. Sus
pequeños no lo lograrían.
Y allí continuó, abrazando a sus pequeños, no los iba a
dejar solos ante el terrible enemigo que les tocaba enfrentar. Abrazó con más fuerza a sus polluelos, los sentía ahí debajo. Provablemente fuera lo último que sintiera en su vida, pero se alegró de morir con sus crías bajo sus alas. Aquella
niebla estaba acabando con su consciencia, y con ese último momento de lucidez, deseó con todas sus fuerzas que al menos sus pequeños sobrevivieran a aquella destrucción. Teniendo a todos sus hijos bajo las maternales alas del ave,
dejó de sentir, de pensar, de existir.
Cuando el mal hubo pasado, dejando todo muerto y gris a su
paso, solo quedó un montículo carbonizado de lo que había sido aquella madre
que se sacrificó por estar con sus hijos en esos fatídicos momentos.
Y entonces fue cuando algo dentro de ese negro montículo se
movió. Un poco, después un poco más, hasta que de él salió un pequeño pico, que
se revolvió para hacer paso a la cabecita de uno de los hijos de la sacrificada
madre. Poco a poco, salió de entre esa montañita que marcaba lo que había sido
su madre. Le siguieron el resto de los pequeños que, en fila india, siguieron
al primero que salió en su búsqueda de la nueva vida que su madre, con su
sacrificio, les había regalado.
El análisis de los sermones del imán
de Terrassa que incluye la querella del fiscal por incitar a la violencia
contra la mujer, deja frases muy reveladoras, en las que, el clérigo, citando
en ocasiones al Islam, revela a los fieles como afrontar los problemas
conyugales con la esposa e insta explícitamente a acudir a "los
golpes" tras utilizar previamente otros métodos.
La querella analiza dos sermones, el primero pronunciado el 16 de
diciembre de 2011 y el segundo, el día 20 de enero de este año. En el primero,
el imán plantea los conflictos "que
pasan dentro del hogar" y se apresura a aportar "soluciones"
rechazando además que se deba acudir al divorcio. Citando el Corán, el
imán proclama: "¡Amonestad a
aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejarlas solas en el lecho,
pegarlas! si os obedecen, no os metáis más con ellas" (sic.).
Más adelante y siguiendo este mandato, el imán advierte que no hay que utilizar
"soluciones o métodos que el Islam
no nos ha aconsejado" e insta al hombre a, primeramente, "enseñar a su esposa las obligaciones y
deberes que Dios nos ha dictado". Si ello no funciona -continúa el
sermón-, el imán indica que el paso siguiente es que "el hombre deje sola a su esposa en el lecho, solamente en el
lecho, negándole las relaciones sexuales".
Según sigue el imán, "los
golpes" son el siguiente método a acudir, aunque 'matiza' que "los golpes no son lo que provocan las
fracturas de los huesos, no son los que hacen correr la sangre, no son los
golpes en la cara..." para concluir que los únicos permitidos son los
que se propinan con el Siwak, "una barra de madera que tiene la medida de
un dedo", según indica el traductor del sermón en una nota de la querella.
Tal como describe la querella, el imán escenifica durante el sermón como se
debe golpear con el citado artilugio.
Seguidamente, el imán insiste en que "en el Islam los golpes son una
práctica tolerable, pero tienen límites a los que se llega cuando las otras
soluciones no son efectivas". Y va más allá, posteriormente cuando
claramente aconseja que estos golpes sean discretos y que "nadie sepa de
ellos fuera de la vida conyugal...".
Durante los dos sermones analizados, el líder religioso también se dedica a
criticar "las leyes contrarias a las
leyes islámicas" que protegen "lo
que se hace llamar los derechos de la mujer" e insta a las mujeres
musulmanas a no denunciar y a obedecer al marido. El imán amenaza a las mujeres e hijos que decidan denunciar, que sus
actos tendrán consecuencias. "Que
la mujer, que la chica, que el hijo sepan todos que en el día del juicio final
no habrá nadie que les pueda cubrir", asegura. E insiste: "Que la persona, en el día del juicio
final, no tendrá ni dinero, ni hijos, ni policía, ni gendarme que le puede
ayudar. Se tendrá en cuenta la fe, la buena obra, la obediencia al marido y la obediencia a los padres".
El fiscal de Delitos de Odio y Discriminación en Catalunya ha interpuesto
una querella criminal contra el imán de Terrassa (Barcelona) Abdeslam L.,
acusado de incitar a la violencia contra la mujer.
En la querella, presentada ante el juez decano de Terrassa, el fiscal de
Delitos de Odio y Discriminación en Catalunya, Miguel Ángel Aguilar, acusa al
imán de incitar a la violencia contra la mujer. La Fiscalía considera que
Abdeslam L. "estaría aprovechando su
condición de líder religioso dentro de la comunidad musulmana de Terrassa para
proferir mensajes claramente discriminatorios y vulneradores del principio de
igualdad y del derecho a la integridad física y moral de la mujer",
describe la querella.
No sé si habéis visto la nueva promoción que ha sacado una
marca de alimentos para vender sus productos. El premio es estupendo, te
regalan, nada más y nada menos que 1440€ al día para gastártelos en lo que
quieras. Es impresionante, ¿verdad?
Pero eso no es todo, lo mejor
es que no te los regala solamente una vez, es un regalo vitalicio, y ellos se
comprometen a regalarte esos 1440€ al día durante todos los días de tu vida.
Y aún la promoción va mucho más allá. ¿Cómo puede ser esto?, pues es tan increíble
que esta marca de productos alimenticios tiene pensado hacer ganador de esta
promoción ¡a todo el mundo que lo solicite!
¿Te imaginas? Es increíble, ¿verdad? ¡Se acabó la crisis para todos! Este premio puede ser tuyo con solo solicitarlo. En su página web tienen un pequeño cuestionario para que lo rellenes
y te apuntes a esta insólita promoción.
Solamente tiene un pero, y es que el
dinero que te den, debes gastarlo y disfrutarlo en ese mismo día. No puedes
ahorrarlo, son 1440€ para gastar cada día, sin reservas. Pero esto tampoco es
tan mala noticia, ¿verdad? Porque tienes la garantía de que al día siguiente te
esperarán otros 1440€ que, a su vez, tendrás que gastar durante las 24 horas de
mañana.
Pues bien, aunque esta promoción está en plena vigencia, la
verdad es que no es de ninguna marca de productos de alimentación. Es una
promoción que, de hecho, no corresponde a ninguna empresa. Pero sí que podemos
acogernos a ella, si queremos.
Hay otra diferencia entre la realidad y la promoción que os
he planteado, y es que lo que tenemos cada día no son 1440€, sino 1440 minutos,
cosa que, a mi juicio, es mucho mejor. Porque el dinero no nos da la
oportunidad de disfrutar con aquella persona que te importa, no te regala la
sonrisa, no te hace estar satisfecho, no puede comprar las puestas de sol. El
dinero puede hacer muchas cosas, y es muy sensato usar parte de esos 1440
minutos que tenemos al día para conseguir dinero que nos ayude a sobrevivir y
que nos de facilidades que no obtendríamos tumbados en el sofá, pero la riqueza
de esta promoción no está en el brillo de las monedas. En este caso, el tiempo es mucho más que oro.
La grandeza de estos 1440 minutos es que mañana no estarán. Aunque
pueda parecer una contradicción, la belleza de cada uno de esos minutos es que
son únicos, que nadie ni nada te los robará, que son irremplazables, que
cada día la cuenta de esta promoción se pone a cero, y todos los minutos que
has desaprovechado se desvanecerán, pero darán paso a otros 1440 nuevos que te
ofrecerán otras oportunidades nuevas para enmendar los errores que cometiste,
que te darán facilidades para volver a sonreír, para aprender de los errores
pasados y usarlos para que cada vez valgan más esos 1400 minutos diarios que nos
regala esta promoción.
Hoy tienes una oportunidad de usar lo mejor posible este
dineral que te regala la empresa de alimentación. Úsalos lo mejor que sepas, sonríe
siempre que puedas, ayuda a los que te necesitan, disfruta de los tuyos, empléalos
con cabeza y con responsabilidad, hazlo con todo tu corazón. Pero si fallas, si
los desaprovechas, si te caes, que lo harás; no te preocupes. Mañana la cuenta
se pondrá a 0, y tendrás otros 1440€, completamente nuevos, recién imprimidos. Listos
para ser usados en curar las heridas del pasado, para levantarte, para que
sigas aprendiendo, incluso para que vuelvas a caer en lo mismo y sigas
aprendiendo a levantarte con cada vez más fuerza.
Enhorabuena, has sido premiado con esta fantástica
recompensa. Es toda tuya, sin reservas, sin nada más que hacer que disfrutarla
y cuidarla. ¿Qué vas a hacer con ella?
El otro día, cuando os hablaba acerca de la Vía Romana, os
explicaba que si encontrabais diferencias entre los versículos que ponía y los
que podéis encontrar en vuestras Biblias, es debido a las desigualdades entre las
distintas traducciones. A veces me han dicho que eso puede significar que tenemos
diferentes Biblias, pero es justo lo contrario.
Los originales en que fue escrita la Biblia están en hebreo el Antiguo
Testamento, con algunas porciones en arameo, y en griego koiné el Nuevo
Testamento. Durante mucho tiempo, la
Biblia que ha tenido la cristiandad occidental fue la traducción que hizo
Jerónimo al latín a finales del siglo IV, la Vulgata, llamada así porque se intentó acercar el
texto bíblico al pueblo, al vulgo, traduciéndolo a la lengua que ellos
hablaban. Actualmente existen literalmente miles de traducciones a prácticamente
todas las lenguas de la Tierra. En
castellano hay muchas traducciones también, hechas por traductores y teólogos
católicos, evangélicos e incluso testigos de Jehová. De ahí que ponga cosas
diferentes en unas y en otras, pero no hay que olvidar que todas están basadas
en los mismos manuscritos y que, si son buenas traducciones, deben decir lo
mismo, aunque con diferentes palabras.
Pero al remontarnos al pasado en la búsqueda de los
comienzos de la Biblia,
nos encontramos con un problema grave, y que ha sido muy usado por críticos
para tratar de desprestigiar la
Biblia, y es que no tenemos los manuscritos originales,
ninguno. Todo lo que tenemos son copias manuscritas de estos originales. Estos
originales bíblicos, de los cuales han salido los manuscritos que han llegado
hasta nuestros días, vamos a llamarlos Autógrafa,
como se denominan técnicamente.
Entonces la pregunta es obligada, ¿cómo podemos fiarnos de
que lo que dice la Biblia
es lo que quedó plasmado en los originales escritos por los apóstoles, los
profetas y los demás narradores bíblicos? Para recapacitar brevemente sobre la fiabilidad
de los manuscritos que nos han llegado, y por consiguiente, de las traducciones
que tenemos en nuestras casas, tenemos que hacer una serie de consideraciones.
Todos tenemos por seguro que Platón existió y se le atribuye
la autoría de la “Apología de Sócrates” y “La República”, entre otros.
Pues bien, de las obras de Platón carecemos de los originales, solamente
tenemos 7 copias manuscritas que distan 1200 años desde su original allá por el
siglo IV a.C (1). En cuanto a “La guerra de las Galias” de Julio César, de la
que también carecemos del original, tenemos 10 copias manuscritas que distan un
milenio de su supuesto original (1). De Aristóteles tenemos muchas mas evidencias, pues
el número de copias se lanza hasta la friolera de 49, aunque tenemos que
conformarnos con tener copias del 1100 d.C., 1400 años después de su escritura
por el filósofo mentor de Alejandro Magno (1). Por último, pondremos el caso de
“La Iliada”,
una de las obras cumbre de la literatura antigua, y una de las mejores
conservadas. De esta obra no tenemos el original tampoco, pero sí 643
manuscritos, siendo el más antiguo solamente 500 años más joven que su original (1).
Del Nuevo Testamento, tenemos 5686 copias del original griego (2), muchas de
ellas con apenas un siglo de diferencia entre la Autógrafa
y la copia que nos ha llegado. Ya solamente los manuscritos griegos superan a
cualquier otra obra de la antigüedad.
Como objeción, se puede decir que existen variaciones entre
los manuscritos que nos han llegado, pero en este sentido la evidencia a favor
de la veracidad de la Biblia
es abrumadora. Todos estos manuscritos coinciden entre ellos en un 99,5%. Esto
quiere decir que solamente hay un 0,5% de disconformidad entre estos
manuscritos, que podemos estar seguros de que ese 99,5% de lo que tenemos
escrito en nuestras Biblias, es lo que escribieron los autores originales, y en
cuando a este 0,5% restante, no afecta en absoluto a ninguna de las doctrinas
fundamentales de la fe cristiana y es susceptible de ser reconstruido en base a
la comparación de las diferencias entre los manuscritos (3).
La conclusión es que
nuestra Biblia es básicamente la que se escribió en el principio, la analogía del “teléfono
escacharrado”, por la que es imposible creer la Biblia que tenemos porque
ha sido copiada y recopiada tantas veces que ya es imviable distinguir lo que
ponía inicialmente, es sencillamente falsa, la evidencia documental nos cierra
esa puerta categóricamente.
Pero esto no es todo, si sumamos los manuscritos griegos que
tenemos a los que han aparecido, también de fechas muy tempranas, de traducciones
al copto, al siriaco o al arameo, tenemos una evidencia documental de más de
24000 manuscritos, aparecidos por todo el mundo mediterráneo, con un mismo
mensaje que nos llevan inequívocamente a aquella Autógrafa, en la que Alguien ha puesto mucho cuidado para que nos
llegue en perfectas condiciones. Y todo esto mientras la religión cristiana estaba prohibida por el Imperio y sus escritos eran quemados tan frecuentemente.
(1) Extraído del cuadro adaptado de tres fuentes: Apologética Cristiana de Norman Geisler, el artículo La arqueología y la historia avalan la confiabilidad de la Biblia de Richard M. Fales y Una pronta defensa de Josh McDowell.
(2) Fundamentos Inquebrantables .Norman Geisler
& Peter Bocchino. Pág. 256.
(3) El Caso de Cristo, Ed. Vida. Lee Strobel. Págs 73 y ss.
He leído que somos lo que somos dependiendo del lugar y las
condiciones de las que provenimos, de las personas que nos han rodeado y su
influencia en nosotros y de las decisiones que hemos tomado. Parece ser que
nuestro presente es, ni más ni menos, una consecuencia lógica de nuestro
pasado. Al menos eso es lo que todos tenemos en mente y siempre hemos oído.
Parece ser que, como un método de defensa, tendemos a
olvidar aquello que nos ha hecho daño para recordar las experiencias positivas
de nuestra vida. De allí aquello de que nos contaba Jorge Manrique y que se
molestaba en recordarnos Karina de que “cualquier tiempo pasado nos parece
mejor.” Pero eso no cambia el hecho de que hay circunstancias negativas que han
marcado de tal manera nuestra vida que las seguimos arrastrando en el presente,
así como hay casos en que algo bueno nos ha impactado y hoy, gracias a aquello
hay una buena marca en nosotros. El pasado, el recuerdo, la invocación de
aquello que fue y ya no es, ciertamente marca nuestro presente, nuestra esencia
hasta tal punto que podemos afirmar que somos sustancialmente eso, y por esas
razones.
El futuro, nuestras esperanzas, todo lo que seremos,
tendremos y nos hará felices. Todos tenemos una idea más o menos exacta de lo
que esperamos de nuestra vida de aquí a 10 años, a 20 o a 3 meses. Yo me
imagino cómo será el día de mi boda, espero lograr encontrar un trabajo digno,
aunque esté siendo utópico dadas las circunstancias, pienso en cómo será tener
hijos, el tener a mi propio vástago en los brazos, el no poder dormir por sus
llantos, todas esas cosas. Son cosas que tengo ganas de alcanzar, de llegar a
ese momento. Si hoy en día tengo que vivir con menos recursos, lejos de la
gente que quiero, si tengo que dormir menos para preparar el examen de mañana, si
tengo que sacrificar ciertos “privilegios” con tal de lograr agarrar con mis
propias manos ese futuro que sueño, estoy dispuesto a hacerlo porque pienso que
merecerá la pena. Porque, de una manera o de otra, apuesto con mi presente a
ese futuro que está en mi mente.
Así, tengo un presente, que es el producto directo de mi
pasado, y que a su vez está hipotecado al futuro que sueño. Esto es lo que
llamaba C.S. Lewis el vacío del presente. Vivimos nuestras vidas tratando de
recordar lo mejor de aquello que ya hemos vivido y tratando de alcanzar ese
porvenir soñado. Con la situación de crisis económica, podemos verlo muy fácilmente.
Estamos con el agua hasta el cuello porque en el pasado hemos derrochado lo que
no teníamos, o al menos eso dicen, así que tenemos que sacrificarnos haciendo
todos los recortes posibles, para que en un futuro próximo podamos comenzar a
ver la luz y tener en unos añitos el sol resplandeciente que nunca debimos
perder. Nos lamentamos de los errores pasados, y en consecuencia pagamos en el
presente para no tener que arrastrarlo en el futuro.
Es algo bueno recordar el pasado, como dijo un sabio, el
pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla. Y eso es
perfectamente aplicable a nosotros como individuos también. Es necesario
recordar todo aquello que nos ha llevado hasta donde estamos, y analizarlo de
tal manera que podamos llegar a discernir los errores para no volverlos a
cometer y los aciertos para conseguir usarlos para aprender. Es mucho más que
recomendable esforzarnos en conseguir un buen futuro para nosotros y nuestra
gente. Mis planes de casarme, tener hijos y un buen trabajo para mantener a mi
familia son algo bueno, desde luego.
Pero yo me planteo hoy si no estaremos comprometiendo el
presente, acusándolo de ser solo una sombra del pasado, y cargándolo con el
futuro como una losa demasiado pesada. Es cierto que vivimos malos tiempos, que
ya habrá tiempo para vivir el presente. Yo puedo pensar que cuando consiga el
futuro que sueño, entonces podré disfrutar como se debe. Pero entonces tendré
que preocuparme por cuidar de los míos, por darles lo que necesito, tendré que
ocuparme en la educación de mis hijos, en que ellos tengan un futuro lo mejor
posible. Y entonces pensaré en que cuando ellos salgan de casa y yo pueda
jubilarme, entonces podré vivir tranquilo y disfrutar. Pero entonces puede que
tenga otras preocupaciones que no me dejen alcanzar el presente. No creo que
sea una buena idea el vivir postergando la felicidad, pensando que después de
aquella colina estará el valle más verde.
El rey Salomón escribió hace algo menos de tres milenios:
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del
cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo
plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo
de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y
tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras;
tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y
tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de
romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de
amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se
afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres
para que se ocupen en él.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de
ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el
principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor
que alegrarse, y hacer bien en su vida. (1)
Todo tiene su tiempo en la vida. Y considero que el mejor
momento para aprovechar el presente, es precisamente el día de hoy. De una
manera responsable, claro, sin comprometer el futuro para ello. Pero creo que
el fruto de nuestro trabajo debe ser disfrutado. Durante demasiado tiempo hemos
vivido en este presente vacío del que hablaba el doctor Lewis. Es hora de
comenzar a descubrir que existe, que el día de hoy es precioso, y merece la
pena vivirlo, sin dejar que el pasado nos ensombrezca, sin permitir que el
futuro nos hipoteque. Hoy ha comenzado la primavera estacional, dejemos que
comience la primavera en nuestras vidas.
Según el título de la entrada de hoy,
cualquiera diría que os voy a indicar un camino secreto y antiguo
hacia la capital italiana, pero no es así. Lo que hoy pretendo es
indicaros otro camino mucho más importante que el de Roma.
Hay algo ciertísimo. Una enfermedad
que nos afecta a todos los hombres, sin excepción. Esa enfermedad es
la muerte. Y es que dicen las estadísticas que, nada menos que el
100% de las personas mueren, sorprendente, ¿eh? Pues bien, el ser
joven es algo que, de una manera o de otra te inmuniza ante esta
realidad. Aunque somos conscientes a un nivel intelectual de que en
algún momento de nuestras vidas vamos a morir, es algo que tenemos
por tan apartado en el tiempo que, total, ya habrá tiempo para
pensar en eso. Sin ser conscientes de que la muerte puede abrazarte
esta misma tarde, mientras paseas por la calle.
Esto es así, tan cierto como que
respiras.
Supongo que la mayoría de vosotros
tendrá una Biblia en alguna estantería en casa. No sé si en algún
momento alguien os ha explicado, con ese libro en la mano, qué es lo
que hay que hacer para obtener paz con Dios y que ese trance por el
que tenemos que pasar todos, no solamente se haga menos pavoroso,
sino que sea algo digno de celebrar. Porque el tema de a donde
vas después es algo que, si no estás como tienes que estar con “El
de arriba”, la verdad es que es algo muy serio.
Y para que en el viaje por ese
desconocido tocho que es la Biblia no se pierda nadie, solamente
vamos a usar un libro, la carta de Pablo a los Romanos. De ahí el
nombre de la entrada. Os voy a mostrar el camino, usando esta carta,
que debéis seguir si queréis llegar a tener paz con Dios, y no
solamente la promesa de un “pase al Cielo”, sino el comienzo con
una relación con el Creador desde hoy mismo. Es gratis, sencillo y
para toda la familia. Pero, por favor, acompáñenme por este camino.
La primera parada que vamos a hacer, se
encuentra en el capítulo 3, versículo 23. “Por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios.” Ciertamente no son buenas noticias. Todos hemos
hecho mal, todos hemos faltado a la ley de Dios. Mucha gente se puede
considerar buena al compararse con otros, pero lo cierto es que nadie
hay sobre la Tierra que no haya fallado nunca. En ese mismo capítulo,
en los versículos del 10 al 18, podemos hallar una descripción de
lo bien que nos sienta esa maldad.
Lo que nos lleva directamente a la
siguiente parada en nuestra Vía Romana, que la podemos
encontrar en el capítulo 6, versículo 23. “Porque la paga
del pecado es muerte...” No habla de que la paga por estar
todo el día robando bolsos a viejas y maldiciendo sea la muerte, o
que la paga de asesinar a un chaval para robarle la merienda sea la
muerte, no. Dice que la paga del pecado es la muerte. Ya hemos estado
hablando del pecado, y ya expliqué de qué manera es esto posible de
que su consecuencia justa sea la muerte. Y da la casualidad de
que TODOS hemos pecado, todos hemos faltado. Todos merecemos la
muerte. Y no estoy hablando únicamente de la muerte de la que
tratábamos antes, aquí habla de la muerte eterna, del infierno, del
castigo, del dolor y el tormento eternos. No es saña, el justo
pago por una falta eterna e infinita debe tener la misma magnitud.
Bueno, pues parece que este camino nos
está llevando por lugares que no no gustan lo más mínimo. Pero
tened paciencia, porque esto está a punto de cambiar. Si continuamos
con el mismo versículo de la parada anterior, nos encontramos con
una impresionante afirmación, “...mas el regalo de Dios es
vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Parece ser
que la tónica cambia un poco en este punto. Es cierto que la justa
paga del pecado es la muerte, pero aquí también habla de un regalo,
pero no un regalo cualquiera, habla de un regalo de Dios que que es
ni más ni menos que la vida eterna. En el capítulo 5, versículo 8,
dice “mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Por
eso dice que la vida eterna es en Cristo Jesús. Cuando nosotros aún
estábamos en la segunda parada, sin opción a escapar del justo
castigo que teníamos encima, se produjo el mayor milagro de todos,
que Dios mismo se hizo carne para pagar por esos pecados que nos
alejaban de la perfección, y no solamente eso, no solo pagó por
nosotros cuando eramos sus enemigos, sino que nos dio la capacidad de
pasar de ser condenados, esclavos, a ser amigos, hijos de Dios. Es
algo impresionante.
Pero esta tercera parada no tendría
sentido si no supiéramos cómo poner en práctica este
regalo, si no somos capaces de agarrar la grandeza de la tercera
parada de la Vía Romana y hacerla totalmente nuestra. La
cuarta parada, la encontramos capítulo 10, versículo 9. “que
si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Así
es. Lo único que tenemos que hacer para aceptar este regalo es
creerlo en nuestro corazón, confesarlo con nuestra boca, en
definitiva, hacer nuestro este regalo tan grande e inmerecido. No
tenemos que donar dinero a ninguna iglesia, no es necesario repetir
periódicamente unas palabras mágicas, no se nos pide salvar el
mundo, ni llegar a un estado de perfección. No se trata de eso, lo
que se requiere de nosotros es solamente aceptar este regalo.
Y para terminar, la última parada de
esta Vía Romana nos lleva al capítulo 5, versículo
1. “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo.” A través de la
aceptación de este regalo, tenemos la libertad de tener una relación
de paz con Dios. En el capítulo 8, versículo 1 dice “Ahora
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús.” Ya no tenemos por qué tener miedo a la muerte,
ninguna condenación hay ya para nosotros. Si me has acompañado en
esta vía, y la has seguido con tu corazón, ninguna condenación te
espera, la garantía es de Dios mismo. En el capítulo 8, versículos
38 y 39 encontramos lo siguiente:“Por lo cual estoy seguro de
que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Nada me haría más feliz que enterarme
de que has seguido este camino y que has encontrado lo que realmente
buscabas, una razón para vivir, paz en tu corazón, una certeza para
el futuro, una esperanza eterna.
*Nota: Si
has buscado en tu Biblia y lo que está escrito no coincide
exactamente con lo que yo he puesto, es a causa de las diferentes
traducciones. Los originales están en griego y las diferencias son
por eso, pero habrás podido comprobar que básicamente dice lo
mismo. Otro día hablaremos de los originales de este y de los demás
libros de la Biblia.
Stephen Meyer se doctoró en Filosofía
de la Ciencia por la Universidad de Cambridge, dirige el “Center
for Science and Culture” del Discovery Institute de Seattle, y es
uno de los más reputados proponentes del movimiento del Diseño
Inteligente. En 2004 organizó un gran revuelo cuando una revista
sobre biología perteneciente a la Smithsonian Institution publicara
un artículo científico suyo reivindicando la inferencia de diseño
en la Naturaleza: The Origin of Biological Information and
the Higher Taxonomic Categories .
En 2009 volvió a
revolucionar el gallinero científico con la publicación de un libro
enormemente ambicioso, rigurosamente escrito y que ataca en
profundidad el problema del origen de la vida presentando
contundentes argumentos contra quienes reivindican la posibilidad de
la abiogénesis, es decir, la emergencia fortuita de la vida a partir
de la materia inanimada. El libro de Meyer discurre por
el terreno del discurso estrictamente científico y su defensa
contundente de la inferencia de diseño se aparta plenamente de
cualquier atisbo de resonancia sobrenatural o de tintes
religiosos .
Los argumentos de Meyer se apoyan en la
evidencia de la existencia de información en la base de la dinámica
de la vida. La vida es complejidad especificada, es decir,
organización funcional, algo mucho más complejo y esencialmente
distinto del puro orden que pueden presentar las estructuras
emergentes como consecuencia de la acción de las fuerzas naturales
sobre la materia inanimada (cristales, vórtices etc). La información
es esa realidad formal, independiente y no interactiva con la
materia, carente de masa o cualquier otra dimensión del mundo
material, que sin embargo, reside y se instala en el soporte material
de los nucleótidos del ADN para prescribir la construcción de los
bloques de la vida, las proteínas.
El código genético
se convierte así en uno de los misterios más inabarcables de la
Naturaleza, y el problema de la emergencia de la vida se convierte,
no en el problema de la verosimilitud de la aparición espontánea de
las moléculas más elementales de la vida, sino en el problema de la
justificación de la aparición de esa realidad formal que es la
información genética .
Además, Meyer repasa uno a uno
todos los escenarios propuestos para justificar la emergencia
espontánea de las formas primordiales de la vida y va demostrando la
inconsistencia de sus planteamientos, la falta de credibilidad de los
escenarios imaginados así como la inadecuación de las condiciones
ambientales para la vida en el pasado, mostrando la dificultad para
explicar la consolidación fortuita de la primera célula.
Cualquier
unidad elemental de vida, la más básica de los organismos
unicelulares, presenta una construcción de la más alta complejidad,
imbuida frecuentemente de la condición añadida de complejidad
irreducible de sus mecanismos y en el que la discusión en torno a la
dependencia recíproca de proteínas y genes se ha convertido en un
clásico de las adivinanzas cuya solución ya nadie espera
encontrar.
El problema es que hay más; la vida no es
sólo replicación (genes) y autopoiésis (metabolismo, proteínas).
La vida es también un proceso de construcción codificada y de
transcripción de signos cuyo significado biológico, perfectamente
arbitrario, no puede ser explicado por el determinismo de las leyes
físico-químicas que rigen el cosmos . Es por eso que la
reivindicación cada vez más acusada del origen extra-terrestre de
la vida resulta perfectamente estéril como argumento. Esta solución
mágica, se nos dice, no es solamente una forma de echar balones
fuera reportando la solución del enigma a una instancia lejana. Lo
que se pretende es argumentar que si bien es cada vez más evidente
que las condiciones ambientales de nuestro planeta no pudieron
facilitar las reacciones químicas necesarias para la formación de
los primeros elementos de la vida, la panspermia en
cambio nos permite afirmar (de manera por supuesto gratuita) que en
algún lugar lejano sí se pudieron haber dado esas condiciones
necesarias para la emergencia espontánea de la vida, y que una vez
verificado el “milagro”, este hallazgo maravilloso, viajero a
lomos de meteorito, se dignó posarse sobre la humilde corteza de
este recóndito planeta.
Pero Meyer nos despierta del
sueño fantástico al que algunos se han querido aferrar. La
emergencia de la vida no supone sólo el problema de explicar la
viabilidad de la formación de los primeros organismos vivos en un
ambiente dado; supone, por encima de todo, el problema de explicar la
aparición de la información precisa que rige los procesos y la
dinámica de los vivientes ; aquí o en el rincón más apartado
del cosmos inmenso que nos alberga. La información al fin y al cabo,
es una realidad inmaterial y como tal, no tiene justificación
mantener que haya sido producida por las fuerzas que determinan la
materia inanimada. Hasta ahora no conocemos otra fuente de producción
de información que la inteligencia de una mente racional. Sabemos a
ciencia cierta que nunca se ha verificado evento alguno en el que
esta regla dorada haya sido transgredida. La causa del Diseño
Inteligente se apoya por lo tanto en el conocimiento más avanzado de
la biología y en la reflexión y experimentación científica más
escrupulosa. De estos sólidos cimientos nace la inferencia
filosófica de una causalidad inteligente en el origen de la
vida.
El libro de Meyer ha constituido un auténtico
evento en el seno de la comunidad científica internacional y su
éxito comercial ha sido rotundo . Desde su publicación
Meyer asiste de forma continuada a presentaciones en aulas de
Universidades y auditorios de todo el mundo así como a entrevistas y
debates en medios de comunicación.
Es una lástima que
literatura de tan alto nivel científico y que se ocupa de asuntos
tan enormemente interesantes y relevantes para el debate sobre los
orígenes no pueda ser disfrutada por el público de habla hispana al
carecer por el momento de traducción y no existir planes inmediatos
al respecto por parte de la editorial propietaria de los
derechos.
En compensación sin embargo, en nuestra página
principal (www.oiacdi.org) podemos acceder a un estupendo
artículo sobre este mismo asunto, el origen de la vida, debido a la
pluma de un personaje tan brillante como heterodoxo, el gran David
Berlinski. Este intelectual agnóstico de origen judío nos ofrece en
su artículo, este sí traducido al español, una revisión profunda
de las premisas y supuestos, y como consecuencia, de las dificultades
para hacer razonable la teoría de la abiogénesis. Por el artículo
desfilan todos las constricciones del proceso: la falta de una
atmósfera prebiótica químicamente reductora, la dificultad de
explicar la síntesis natural de la citosina y de la ribosa, la
aparición espontánea de mecanismos para la formación de
polinucleótidos, el descubrimiento inexplicado en la Naturaleza de
una molécula con capacidad de duplicarse a sí misma, y por último
la transformación de una de estas moléculas autorreplicativas en un
sistema químico codificante. Un artículo accesible y de gran
interés que les recomiendo vivamente.
En una carísima clase de gestión de recursos y tiempo
especializada para grandes empresarios, el encargado de darles la charla, llevó
al frente una enorme pecera vacía, y la colocó encima de la mesa donde se supone
que debería poner los documentos y gráficos que usaría para su clase magistral.
Todos los asistentes le observaban con la boca abierta, no se imaginaban para
qué podría servir ese enorme acuario.
- Buenos días, mis
queridos amigos. – El profesor se paseó entre sus acaudalados y poderosos
alumnos en dirección al final de la clase. - Hoy vamos a aprender la lección más
importante que podemos encontrar en cuento a la gestión de nuestros recursos y
de nuestro tiempo, aprenderemos a gestionar nuestras prioridades, a dar un
grado perfecto a nuestros intereses, deseos y expectativas en cuanto a nuestros
recursos físico-temporales y a optimizarlos para favorecer lo realmente
importante. – Se agachó y agarró un
pesado saco que parecía lleno de inmensas piedras. Con mucho trabajo, lo empujó
hasta el frente, lo abrió y comenzó a sacar piedras, que poco a poco, fue
depositando en el acuario.
Los asistentes al taller, le miraban estupefactos, habían
pagado un buen dinero por ver a un hombre introducir piedras en una caja de vidrio.
El profesor, piedra a piedra, llenó la enorme pecera hasta que ya no cupo
ninguna de esas grandes piedras.
- Muy bien,
compañeros, ¿alguien podría definirme en qué estado se encuentra esta pecera?
- Bueno, señor, pues
creo que ahora el acuario está lleno. – Dijo uno de los trajeados
asistentes.
- Respuesta
incorrecta, amigo. – El profesor volvió a la parte de atrás de la clase, de
donde levantó, con esfuerzo, una caja de madera que estaba llena de algo. – Es bastante fácil el poner la excusa de que
nuestra agenda está llena. Pero nos debemos preguntar si realmente lo está. –
Llevó la caja hasta el frente y la apoyó al lado del acuario. Tomó fuerzas para
levantar la caja y, poco a poco, vació su contenido en el acuario. Eran unas
piedrecitas y guijarros que, poco a poco, fueron llenando la pecera, introduciéndose
en los huecos que dejaban las enormes piedras. Cuando llegó hasta arriba, dejó
la caja a un lado. - ¿Veis?, no estaba
tan lleno al fin y al cabo.
- ¿Alguien podría
describirme el estado de este acuario ahora?
- Pues, parece que, al
menos, un poco más lleno que antes. – Respondió uno de los asistentes.
- Muy bien, amigos,
pero esto no se ha acabado. – Volvió a dirigirse al final de la clase y
cargó un cubo a la parte de adelante. Vació su contenido en la pecera, arena
fina, que se introdujo en los pequeños huecos que habían dejado los guijarros. Cuando
lo hubo terminado, se volvió a su audiencia.
- ¿Cómo está ahora?
- Lleno. Ahora sí que
está lleno – Contestó el mismo que había fallado en la respuesta la primera
vez que preguntó eso mismo el profesor.
- De nuevo, amigo,
respuesta incorrecta. Aún podemos llenar más nuestra agenda, aunque parezca que
no.
Esta vez, sacó de detrás de la mesa donde estaba el acuario,
una jarra de agua, cuyo contenido vertió en la pecera. La arena fue absorbiendo
el agua hasta que ya no cupo más.
- Mis queridos amigos,
¿cuál es la enseñanza que podemos extraer de este acuario?
- ¿Que nunca podemos
decir que nuestra agenda está demasiado llena?
- Respuesta incorrecta.
– Respondió el experto - De aquí podemos
aprender que si no ponemos las piedras más grandes lo primero, jamás podremos
colocarlas ya.
Muy buenas, hoy os dejo con una canción brutal. Un rap de 1Dtantos, llamado No soy tan bueno.
Nunca he sido mucho de rap, pero la verdad es que esta canción es de esas que aún después de haberla escuchado un montón de veces, sigue consiguiendo ponerme la piel de gallina. Os he dejado la letra abajo.
Espero que lo disfrutéis.
No soy tan bueno. 1Dtantos.
A veces las cosas no son lo que parecen. A veces nos
molestamos en darle la vuelta a la tortilla de la forma más complicada, para
hacer las cosas más sencillas a nuestro modo de entender.
Pensé en todo esto, y en compartirlo con vosotros. Y aquí os
lo traigo, todo en lo que pensé.
Pensé en vosotros al hacer este tema, generación televisión,
los que os movéis por inercia.
Pensé en aquellos que no os gusta el sistema, y en los de inerte conciencia y en
los que solo protestan.
Pensé en la ciencia y en las noches de fiesta, pensé en mi curre y en las
tardes de siesta, en los curritos de diario y en la alta sociedad, pensé en la
estupidez de la metro sexualidad. Alguien suelta una memez por los medios y de
repente todos visten como gays pero sin serlo.
Pensé en las modas, pensé en las bodas y en el protocolo, pensé en qué parte es
buena y qué parte es negocio.
Pensé en los socios y en los que van por libre, pensé en la típica frase de que
Dios nos libre, cuando eres ateo.
Pensé en lo poco que leo, lo poco que me preocupa, pensé en la televisión y en
el tiempo que me ocupa y no debería.
Pensé en los programas que en teoría no interesan, si es así,
¿por qué tiñen nuestras tardes de rosa? Ana Rosa Quintana, Las tardes con Ana y
por supuesto Gran Hermano, resumen de la semana.
Pensé en el Hola, el Diez Minutos, el Marca, pensé en David
Beckham y en Victoria Adams, pensé en porque nos importan tanto esas chorradas,
sus vidas privadas, sus líos de faldas.
Pensé en la manera de ganarme la vida
sin hacer nada.
Pensé en Shin Chan, mejor nocomment. Pensé en mi madre cuando dice
este hijo mío que mal come.
Pensé en Homer, Los Simpson y en Futurama.
Pensé en los que utilizan su lengua como un arma.
Pensé en el alma y en que es eterna, pensé si sabes qué significa el crucifijo
que tu cuello adorna.
Pensé en la belleza y en que es etérea, pensé en las rarezas y en por qué son
bellas.
Pensé en tus ojos que será lo que quede cuando tu cuerpo se arrugue y me
muestren tu belleza interna.
Pensé en las drogas y en los que se hunden en ellas, pensé en las botellas y en
los que se enamoran de ellas.
Pensé en el cielo, el universo, las estrellas.
Pensé en si realmente habría vida inteligente ahí fuera pues
encontrarlo en esta esfera no es tan fácil no creas.
Pensé en los tres mundos que en teoría el planeta habitan.
Pensé en Chechenia, Palestina, Irak, Afganistan y en lo poco
que me afectan.
Puedo estar en mi salón comiéndome una hamburguesa y a la
vez ver la masacre en un colegio de Serbia.
Pensé en la bestia que puede ser el ser humano, pensé en no generalizar y en
mirarme a mí mismo.
Pensé en mi egoísmo, en mi teórico civismo.
Pensé en los indigentes que cada vez hay más en Vigo, pensé
en qué hago por ellos, aparte de compadecerlos, y entonces me doy cuenta de que
no he movido un dedo.
Pensé en las veces que me he quejado por pagar un alquiler y las veces que no
he pensado en los que duermen en la calle.
Pensé en que en mi ciudad hay quien no tiene qué comer y en
que yo tiro la comida cada vez que voy al Burger.
Pensé en que tengo colegas con verdaderos problemas y mi problema más grande es
el que dirán los demás, y las veces que critiqué a los que llevan vidas de
desenfreno, pero al fin y al cabo...
Yo no soy tan bueno, no, no, no soy tan bueno.
Disculpa, soy humano y como tal, hipócrita.
Pregúntame qué tal estoy y te diré que bien aunque me
deshaga.
Si en mi corazón hay cargas procuraré que no te enteres, que
parezca siempre que hice bien mis deberes.
¿Qué pasa, seré un fracaso si en mi vida algo no funciona?, ¿o será que mi
propio ego es el que me coacciona?
No sé pero me da que aquí hay algo que desentona y por una
vez, mira, no va a ser mi ropa.
Disculpa, ¿pediste ayuda y no te ayudé? Será que estuve ocupado y que no te
pude atender, tenía mil buenas excusas y nada mejor que hacer que ponerme a
pensar en todo lo que pensé.
Me auto examiné y salí suspenso, y entonces me di cuenta de que quizá no sea
tan bueno. Es que...
No soy tan bueno, no, no soy tan bueno.
¡Pero hombre tranquilo!, ¡no seas tan duro contigo mismo!, será que tú al igual
que yo eres víctima de tu hedonismo.
Comprendo tu escepticismo pero dime: ¿de qué vale que de
lecciones morales a los chavales si mi vida no refleja lo que por mi boca sale?
Busco perfeccionarme y avanzar en el camino como un buen cristiano, pero Cristo
sólo hay uno.
¡No demandes de mi lo que no consiguió ninguno!
Por eso confié en Dios y me puse en sus manos, porque por mi mismo no he
logrado ser tan bueno.
No, no soy tan bueno, no, no soy tan bueno.
Por eso pido perdón por las veces que te ofendí y las veces que actué sin
pensar en ti, las veces que lloraste y contigo no me dolí, las veces que te
alegraste y que no supe sonreír, tal vez por envidia.
Por eso doy gracias a Dios por su misericordia y a ti por existir, o
simplemente por estar ahí, o simplemente por estar ahí.
Pensé en el tiempo y en que es etéreo.
Pensé en el Cielo y en que me gustaría veros allí a todos y
no tener que echar a nadie de menos, y no tener que echar a nadie de menos.
Al fin y al cabo...