viernes, 30 de marzo de 2012

En Ti


Hoy os quiero regalar otra canción. En este caso es en español, así que me ha costado menos trabajo escribirla. Considero que describe como pocas la esencia de cristianismo auténtico, del verdadero mensaje de la Biblia. 

Os dejo con la canción "En Ti" de Alex Sampedro. Debajo os dejo la letra para que la disfrutéis como se debe. 



En Ti. Alex Sampedro.

¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?

¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?

En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.

¿Quién podrá borrar mis actos?, ¿quién podrá lavar mis manos?
¿Quién podrá salvar mi alma?, ¿quién hará ese milagro?
¿Quién querrá quitar mis faltas y dejarlas a un lado?
¿Quién reparará mi corazón manchado de pecado?

¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?

En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así me salvaste por amor.

En Ti, la justicia y la gracia se besaron.
En Ti los profetas encontraron la esperanza de este mundo.
Y cumpliste la escritura de antaño,
y así supe que Tú eras Dios.

¿Dónde encontraré respuesta?
¿Dónde encontraré respuesta?

jueves, 29 de marzo de 2012

Carta desde el corredor de la muerte


Ya hace un tiempo, hablé sobre el caso del pastor iraní Youcef Nadarkhani, encarcelado y en el corredor de la muerte por el crimen de ser cristiano en su país.  Al poco tiempo de enterarse de su condena a muerte por blasfemia contra el Islam, escribió una carta a los cristianos de todo el mundo, aquí os la dejo para que saquéis vuestras propias conclusiones. La he extraído de la página web Noticiacristiana.com.


Gracia y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:1-2.

Cuando uno entiende la revelación de la verdad, esa persona va a estar dispuesta a compartirla con otras personas y las generaciones futuras. Estamos muy agradecidos por aquellos que en el pasado lucharon por la Verdad, que nos permitieron tener acceso a esta revelación gloriosa de Jesucristo. Estos creyentes a comprendieron la riqueza y belleza de la revelación, y estaban dispuestos a luchar con el fin de transmitir el fruto de la revelación.

¿Cómo podemos dar frutos similares a la vida eterna? Depende de lo que hacemos. En primer lugar tenemos que cerrar nuestros oídos a la voz de la oscuridad, como está escrito en el primer salmo: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”, Salmo 1:1.

La segunda cosa es abrir nuestros oídos a la voz del Espíritu que habla a través de la Palabra de Dios, como está escrito: Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Salmo 1:2.

El fruto de la comunión con el Señor por medio de Su Palabra es el dador de vida que garantiza la estabilidad de la vida y el impacto en las vidas de otras personas que dan su fruto para siempre, como dice la Escritura: Él es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. Salmo 01:3.

“Un salto de fe”

Mucha gente admira a Jesús como un único modelo a seguir para las generaciones, a muchos les gustaría imitarlo. Jesús vino no sólo para ser admirado, nos dio un modelo perfecto a seguir. Si quieres ser como Él, debemos dar un paso en la fe, al igual que Pedro. Cuando Pedro vio caminar a su Señor en el mar embravecido, pidió ir al encuentro de Jesús sobre el agua. Entonces Jesús le dijo: “Ven.”

Todos optaron por seguir al Señor y de alguna manera han escuchado: “¡Ven!” Una orden que implica un paso de fe. Como es evidente en las Escrituras, no podemos ver la fe. La fe, la Biblia define: “La fe es la sustancia de las cosas esperadas, la evidencia de las cosas que no se ve”.

Tenemos que dar un paso de fe “a pesar de las dificultades”, “a fin de experimentar el poder de Dios. Pero debemos recordar que todo debe hacerse de acuerdo a la Palabra de Dios. Pedro, no experimentó la capacidad de caminar sobre el agua debido a que simplemente decidió abandonar el barco, pero a causa de la Palabra del Señor. La Palabra de Dios nos dice que “nos metemos en problemas” y desgracia a causa de su nombre.

Nuestra fe, no es genuina si pasamos por alto estas palabras, sino se manifiesta en los sufrimientos nuestro Señor. Cualquier persona que hace caso omiso de ellas se sentirá avergonzado de ese día.

Recuerde que a menudo el paso de la fe, nos enfrenta a algunas dificultades. Como la Palabra guió a los israelitas fuera de Egipto y se puso delante un obstáculo llamado Mar Rojo. Estas dificultades entre las promesas de Dios y su cumplimiento, sirven para cuestionar y fortalecer nuestra fe.

Los creyentes deben aceptar estos desafíos como parte de su viaje espiritual. El Hijo en el Calvario fue impugnado, el camino más difícil, está escrito en las Escrituras: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia”, Hebreos 5:7-8.

El grito de “¡Elí, Elí, ¿lama sabactani?” (Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?) Es suficiente para expresar los sufrimientos de nuestro Señor en el Calvario. Detrás de esta petición de ayuda, podemos identificar la gran fe que le llevó a aceptar la voluntad del Padre, Sí, Él sabía que Dios no permitiría que “el Santo sufriera descomposición,” y que en tres días, se levantaría de entre los muertos. Además del poder de la muerte, el Señor vio el poder de la resurrección victoriosa.

No necesito escribir nada sobre la base de la fe. Recuerde que independiente de los tiempos buenos o malos, sólo tres cosas permanecen: la fe, la esperanza y amor. Es importante para los cristianos asegurarse de qué tipo de fe, esperanza y amor está siguiendo. Sólo lo que recibimos de acuerdo con la Palabra permanece para siempre. Quiero animarles a vivir una vocación digna de la Santa Palabra.
Vamos hermanos, ustedes que son herederos de la gloria de Cristo, sean ejemplos para otros con el fin de ser un testimonio del poder de Cristo para el mundo.
Les pido que vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, con el fin de rechazar las acciones que generan dudas de oscuridad en sus corazones. La verdadera victoria elimina las dudas, porque viene del oír la Palabra de Dios con fe.
Sólo una iglesia basada en las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo con la ayuda y la protección de la Palabra de Dios que no podrá destruir el devorador.

“Demos un testimonio santo”

Su hermano en Cristo,

Yousef Nadarkhani


Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de Góspel Prime

miércoles, 28 de marzo de 2012

Relativismo


Hace un poco, estaba releyendo la entrada que publiqué hace justamente un año. Ahí prometía que seguiría hablando sobre algo que realmente no he vuelto a mencionar, así que de eso me gustaría hablar hoy, de eso que se ha dado por llamar relativismo.

El posmodernismo es una palabra bastante difícil de expresar porque comprende muchas disciplinas como la filosofía, el arte, o la religión. Pero lo que sí que se puede decir es que surgió como reacción al racionalismo estricto del modernismo elevando la subjetividad moral por encima de la objetividad reinante en el modernismo. Es decir, en reacción ante la lógica matemática del modernismo (o en todo caso, después), surgió un movimiento llamado posmodernismo que se basa en el relativismo y ha sido el principal instrumento por el cual actualmente es tan importante en nuestra sociedad.

Lo que viene a decirnos el relativismo es que no existen verdades ni valores absolutos y que, por lo tanto, es el individuo, desde su prisma cultural, ideológico y religioso, el que debe seleccionar lo que, para él, es verdad. Porque el hecho es que la verdad no puede llegar a ser conocida. Así dicho puede sonar muy poético, pero estas afirmaciones tienen varios problemas de base.

El primero y más obvio, es que la sentencia no existen verdades ni valores absolutos es una paradoja, es un absurdo lógico y, por lo tanto, debe ser rechazado de entrada. Me explico. Esta afirmación en sí misma pasa por ser una verdad absoluta, se niega categóricamente algo, eso es un absoluto. Pero si esa misma afirmación niega las verdades absolutas, entonces nos encontramos con que se niega a sí misma, con lo cual jamás podrá llegar a ser cierta.

Está claro que para una persona, el venir de un trasfondo o de otro influye en la manera en que entienda lo que sucede o incluso en la manera en que reaccione al respecto. Está claro que lo que sucede dentro de nuestras mentes nos coarta, nos impulsa, nos afecta, nos hace creer una cosa u otra. Es posible que tengamos un hecho, que ha habido un accidente de coche en el que han muerto 3 personas, y diferentes personas con diferentes trasfondos lo puedan interpretar de diferentes maneras, pudiendo uno llegar a pensar que el conductor se ha chocado contra el árbol porque iba discutiendo con su mujer por teléfono y otro pensar que lo ha hecho porque ha sido el castigo de Dios por no haber bajado la basura la noche anterior. Son dos interpretaciones completamente diferentes de un mismo hecho. Pero lo que no podemos considerar como verdad son las interpretaciones de esos dos personajes, sino que ha habido un accidente de un Opel Corsa rojo, en el que se ha estampado contra un árbol y han muerto tres varones de 19, 23 y 45 años. No es que haya diferencia entre mi verdad y la verdad, es que mi verdad es una opinión, la verdad es objetiva, incambiable y única, por eso es verdad. Mi opinión tendrá más o menos de verdad según esté más o menos en consonancia con la verdad.

En cuanto a la sentencia la verdad no puede llegar a ser conocida, también muy común, se trata de otra auto negación. Me explico. Es demasiado presuntuoso el decir que la verdad no puede llegar a ser conocida, por el sencillo hecho de que para hacer esa afirmación con total convencimiento y sin miedo al error, el que la hace debería conocerlo todo, y haberse asegurado inequívocamente de que no existe la manera de conocerla por ningún método. El problema llega cuando esa persona, que ya ha sondeado los misterios de la sabiduría, la filosofía, la religión y de todas las disciplinas existentes, y ya ha adquirido el saber suficiente como para atreverse a hablar en esos términos tan absolutos (términos de los que ya antes negó su existencia) como si hablara en nombre de la verdad, niega la validez de su propio razonamiento al explicar que no es posible conocer lo que él, de hecho, ya conoce. Simplificando, lo que dice es que él conoce la verdad, y que, por lo tanto, conociéndola, puede negar la capacidad de conocerla. Otra paradoja, un poco más complicada de captar, pero igual de imposible.

Yo creo firmemente que la verdad existe, por el sencillo hecho de que todo intento de negarla resulta en un absurdo y porque, sinceramente, creo que un árbol que se cae en medio del bosque, lo hace aunque nadie lo vea, aunque no afecte a nadie y aunque nadie tenga una opinión al respecto. No es una cuestión, únicamente de si yo creo esto u lo otro y tú crees lo contrario, y todos tan contentos. Es una cuestión mucho más grave y mucho más importante. ¿Qué es la verdad? Parece una pregunta un poco tonta, demasiado genérica y sin demasiada importancia, pero lo cierto es que tiene muchas más trascendencia de lo que parece.

Prometo continuar hablando del tema. He hablado.

martes, 27 de marzo de 2012

Debajo de las alas


La mamá pavo iba por el bosque muy contenta seguida de sus polluelos en fila india. Hacía apenas unos pocos días que habían salido de los huevos y la seguían a donde quiera que fuera. Ella estaba muy orgullosa, los polluelos eran muy bellos, llegarían a ser muy buenos pavos, grandes, fuertes, crecerían y se reproducirían para orgullo de su feliz mamá.

Era madre primeriza, pero había tenido buena maestra en el arte de criar polluelos, y había deseado durante toda su vida que llegara el momento en que engendrara vidas, aunque jamás se imaginó que los llegara a querer tanto y que llegasen a ser tan preciosos como ella los veía. Se le caía la baba cuando los veía corretear por entre los matorrales y los árboles siguiéndola por el tupido bosque en la constante búsqueda de un verde manjar que llevarse a la boca.

Pero ese día, algo comenzó a oler mal. La mamá pavo nunca antes había tenido aquella sensación, pero algo en su cabeza le alertó de una manera que no pudo obviarlo. El viento corría desde el arrollo que bajaba de la montaña blanca, desde ese lugar del que llegan los vientos calurosos en verano, y ese aire traía un olor extraño, rancio, incluso oscuro. Era hacia allí hacia donde se dirigía con sus pequeños así que corrigió el rumbo y se encaminó lo más rápido que puso en dirección contraria, huyendo de aquel mal que desconocía, pero de todas maneras temía, ya no solo por ella, sino por sus polluelos que ahora dependían de ella.

No podía ir más rápido, sus pequeños tenían las patas mucho más cortas que ella y se agotaban con facilidad, así que tuvo que adecuarse a su ritmo. Al poco rato, se dio cuenta que el aire ya no solamente traía un olor extraño, sino que también transportaba algo así como una niebla rara, que olía a rayos. Seguía sin saber qué era, pero sí que supo aún más que era algo de lo que debía huir, y de lo que debía esconder a sus crías. Los animó a que fueran más rápido, pero ellos no podían más, estaban agotados, así que tuvo que aminorar el ritmo, los pobres estaban haciendo lo que podían.

Y entonces fue cuando empezó a nevar. Pero no era una nieve normal, era una nieve muy extraña. No mojaba, solo manchaba. Y tampoco era del todo blanca, parecía como gris. Pronto, todo se comenzó a llenar de esa nieve. Cuando se quiso dar cuenta, vio que estaba sola, que sus pequeños no habían podido seguirla. Desesperada, se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos para intentar buscarlos, no podía dejarlos a merced del mal que los perseguía.

Lo encontró un poco más atrás en el camino. Estaban exhaustos. No podían dar un paso más. Ella podía seguir adelante, pero sus polluelos no lo lograrían. Los abrazó mientras fue consciente del calor que estaba empezando a hacer, los guardó a todos bajo sus alas. Ya era muy difícil respirar a causa de la niebla que lo estaba llenando todo. Y entonces fue cuando vio lo que estaba causando ese infierno.

Delante se alzaba imponente una masa amarilla, roja, brillante, ardiente, demoledora. Estaba devorando los árboles uno a uno, todos los animales que no huían de esa destrucción eran deglutidos sin compasión.

De pronto, la desesperación le embargó. No podía ser, ella y sus pequeños iban a ser destruidos por ese ardiente y brillante mal que se acercaba, alentado por el viento, justamente hacia ellos. Entonces tuvo que tomar una decisión. Aún podría huir, pero solamente ella, tendría que dejar atrás a sus pequeños. Pero no podía hacerlo, los amaba, quería que crecieran, que experimentaran la belleza de la vida, que aquel no fuera su último día. Sus pequeños no lo lograrían.

Y allí continuó, abrazando a sus pequeños, no los iba a dejar solos ante el terrible enemigo que les tocaba enfrentar. Abrazó con más fuerza a sus polluelos, los sentía ahí debajo. Provablemente fuera lo último que sintiera en su vida, pero se alegró de morir con sus crías bajo sus alas. Aquella niebla estaba acabando con su consciencia, y con ese último momento de lucidez, deseó con todas sus fuerzas que al menos sus pequeños sobrevivieran a aquella destrucción. Teniendo a todos sus hijos bajo las maternales alas del ave, dejó de sentir, de pensar, de existir.

Cuando el mal hubo pasado, dejando todo muerto y gris a su paso, solo quedó un montículo carbonizado de lo que había sido aquella madre que se sacrificó por estar con sus hijos en esos fatídicos momentos.

Y entonces fue cuando algo dentro de ese negro montículo se movió. Un poco, después un poco más, hasta que de él salió un pequeño pico, que se revolvió para hacer paso a la cabecita de uno de los hijos de la sacrificada madre. Poco a poco, salió de entre esa montañita que marcaba lo que había sido su madre. Le siguieron el resto de los pequeños que, en fila india, siguieron al primero que salió en su búsqueda de la nueva vida que su madre, con su sacrificio, les había regalado.

viernes, 23 de marzo de 2012

El imán que no amaba a las mujeres


El análisis de los sermones del imán de Terrassa que incluye la querella del fiscal por incitar a la violencia contra la mujer, deja frases muy reveladoras, en las que, el clérigo, citando en ocasiones al Islam, revela a los fieles como afrontar los problemas conyugales con la esposa e insta explícitamente a acudir a "los golpes" tras utilizar previamente otros métodos.

 La querella analiza dos sermones, el primero pronunciado el 16 de diciembre de 2011 y el segundo, el día 20 de enero de este año. En el primero, el imán plantea los conflictos "que pasan dentro del hogar" y se apresura a aportar "soluciones" rechazando además que se deba acudir al divorcio.  Citando el Corán, el imán proclama: "¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejarlas solas en el lecho, pegarlas!  si os obedecen, no os metáis más con ellas" (sic.).

Más adelante y siguiendo este mandato, el imán advierte que no hay que utilizar "soluciones o métodos que el Islam no nos ha aconsejado" e insta al hombre a, primeramente, "enseñar a su esposa las obligaciones y deberes que Dios nos ha dictado". Si ello no funciona -continúa el sermón-, el imán indica que el paso siguiente es que "el hombre deje sola a su esposa en el lecho, solamente en el lecho, negándole las relaciones sexuales".

Según sigue el imán,  "los golpes" son el siguiente método a acudir, aunque 'matiza' que "los golpes no son lo que provocan las fracturas de los huesos, no son los que hacen correr la sangre, no son los golpes en la cara..." para concluir que los únicos permitidos son los que se propinan con el Siwak, "una barra de madera que tiene la medida de un dedo", según indica el traductor del sermón en una nota de la querella. Tal como describe la querella, el imán escenifica durante el sermón como se debe golpear con el citado artilugio.

Seguidamente, el imán insiste en que "en el Islam los golpes son una práctica tolerable, pero tienen límites a los que se llega cuando las otras soluciones no son efectivas". Y va más allá, posteriormente cuando claramente aconseja que estos golpes sean discretos y que "nadie sepa de ellos fuera de la vida conyugal...".

Durante los dos sermones analizados, el líder religioso también se dedica a criticar "las leyes contrarias a las leyes islámicas" que protegen "lo que se hace llamar los derechos de la mujer" e insta a las mujeres musulmanas a no denunciar y a obedecer al marido. El imán amenaza a las mujeres e hijos que decidan denunciar, que sus actos tendrán consecuencias. "Que la mujer, que la chica, que el hijo sepan todos que en el día del juicio final no habrá nadie que les pueda cubrir", asegura. E insiste: "Que la persona, en el día del juicio final, no tendrá ni dinero, ni hijos, ni policía, ni gendarme que le puede ayudar. Se tendrá en cuenta la fe, la buena obra, la obediencia al marido y la obediencia a los padres".

 El fiscal de Delitos de Odio y Discriminación en Catalunya ha interpuesto una querella criminal contra el imán de Terrassa (Barcelona) Abdeslam L., acusado de incitar a la violencia contra la mujer.

En la querella, presentada ante el juez decano de Terrassa, el fiscal de Delitos de Odio y Discriminación en Catalunya, Miguel Ángel Aguilar, acusa al imán de incitar a la violencia contra la mujer. La Fiscalía considera que Abdeslam L. "estaría aprovechando su condición de líder religioso dentro de la comunidad musulmana de Terrassa para proferir mensajes claramente discriminatorios y vulneradores del principio de igualdad y del derecho a la integridad física y moral de la mujer", describe la querella.



Fuentes: La Vanguardia
© Protestante Digital 2012

jueves, 22 de marzo de 2012

¡1440€!


No sé si habéis visto la nueva promoción que ha sacado una marca de alimentos para vender sus productos. El premio es estupendo, te regalan, nada más y nada menos que 1440€ al día para gastártelos en lo que quieras. Es impresionante, ¿verdad? 

Pero eso no es todo, lo mejor es que no te los regala solamente una vez, es un regalo vitalicio, y ellos se comprometen a regalarte esos 1440€ al día durante todos los días de tu vida. 

Y aún la promoción va mucho más allá. ¿Cómo puede ser esto?, pues es tan increíble que esta marca de productos alimenticios tiene pensado hacer ganador de esta promoción ¡a todo el mundo que lo solicite!

¿Te imaginas? Es increíble, ¿verdad? ¡Se acabó la crisis para todos! Este premio puede ser tuyo con solo solicitarlo. En su página web tienen un pequeño cuestionario para que lo rellenes y te apuntes a esta insólita promoción. 

Solamente tiene un pero, y es que el dinero que te den, debes gastarlo y disfrutarlo en ese mismo día. No puedes ahorrarlo, son 1440€ para gastar cada día, sin reservas. Pero esto tampoco es tan mala noticia, ¿verdad? Porque tienes la garantía de que al día siguiente te esperarán otros 1440€ que, a su vez, tendrás que gastar durante las 24 horas de mañana.

Pues bien, aunque esta promoción está en plena vigencia, la verdad es que no es de ninguna marca de productos de alimentación. Es una promoción que, de hecho, no corresponde a ninguna empresa. Pero sí que podemos acogernos a ella, si queremos.

Hay otra diferencia entre la realidad y la promoción que os he planteado, y es que lo que tenemos cada día no son 1440€, sino 1440 minutos, cosa que, a mi juicio, es mucho mejor. Porque el dinero no nos da la oportunidad de disfrutar con aquella persona que te importa, no te regala la sonrisa, no te hace estar satisfecho, no puede comprar las puestas de sol. El dinero puede hacer muchas cosas, y es muy sensato usar parte de esos 1440 minutos que tenemos al día para conseguir dinero que nos ayude a sobrevivir y que nos de facilidades que no obtendríamos tumbados en el sofá, pero la riqueza de esta promoción no está en el brillo de las monedas. En este caso, el tiempo es mucho más que oro.

La grandeza de estos 1440 minutos es que mañana no estarán. Aunque pueda parecer una contradicción, la belleza de cada uno de esos minutos es que son únicos, que nadie ni nada te los robará, que son irremplazables, que cada día la cuenta de esta promoción se pone a cero, y todos los minutos que has desaprovechado se desvanecerán, pero darán paso a otros 1440 nuevos que te ofrecerán otras oportunidades nuevas para enmendar los errores que cometiste, que te darán facilidades para volver a sonreír, para aprender de los errores pasados y usarlos para que cada vez valgan más esos 1400 minutos diarios que nos regala esta promoción.

Hoy tienes una oportunidad de usar lo mejor posible este dineral que te regala la empresa de alimentación. Úsalos lo mejor que sepas, sonríe siempre que puedas, ayuda a los que te necesitan, disfruta de los tuyos, empléalos con cabeza y con responsabilidad, hazlo con todo tu corazón. Pero si fallas, si los desaprovechas, si te caes, que lo harás; no te preocupes. Mañana la cuenta se pondrá a 0, y tendrás otros 1440€, completamente nuevos, recién imprimidos. Listos para ser usados en curar las heridas del pasado, para levantarte, para que sigas aprendiendo, incluso para que vuelvas a caer en lo mismo y sigas aprendiendo a levantarte con cada vez más fuerza.

Enhorabuena, has sido premiado con esta fantástica recompensa. Es toda tuya, sin reservas, sin nada más que hacer que disfrutarla y cuidarla. ¿Qué vas a hacer con ella?

miércoles, 21 de marzo de 2012

El canon III: Autógrafa


El otro día, cuando os hablaba acerca de la Vía Romana, os explicaba que si encontrabais diferencias entre los versículos que ponía y los que podéis encontrar en vuestras Biblias, es debido a las desigualdades entre las distintas traducciones. A veces me han dicho que eso puede significar que tenemos diferentes Biblias, pero es justo lo contrario.

Los originales en que fue escrita la Biblia están en hebreo el Antiguo Testamento, con algunas porciones en arameo, y en griego koiné el Nuevo Testamento. Durante mucho tiempo, la Biblia que ha tenido la cristiandad occidental fue la traducción que hizo Jerónimo al latín a finales del siglo IV, la Vulgata, llamada así porque se intentó acercar el texto bíblico al pueblo, al vulgo, traduciéndolo a la lengua que ellos hablaban. Actualmente existen literalmente miles de traducciones a prácticamente todas las lenguas de la Tierra. En castellano hay muchas traducciones también, hechas por traductores y teólogos católicos, evangélicos e incluso testigos de Jehová. De ahí que ponga cosas diferentes en unas y en otras, pero no hay que olvidar que todas están basadas en los mismos manuscritos y que, si son buenas traducciones, deben decir lo mismo, aunque con diferentes palabras.

Pero al remontarnos al pasado en la búsqueda de los comienzos de la Biblia, nos encontramos con un problema grave, y que ha sido muy usado por críticos para tratar de desprestigiar la Biblia, y es que no tenemos los manuscritos originales, ninguno. Todo lo que tenemos son copias manuscritas de estos originales. Estos originales bíblicos, de los cuales han salido los manuscritos que han llegado hasta nuestros días, vamos a llamarlos Autógrafa, como se denominan técnicamente.

Entonces la pregunta es obligada, ¿cómo podemos fiarnos de que lo que dice la Biblia es lo que quedó plasmado en los originales escritos por los apóstoles, los profetas y los demás narradores bíblicos? Para recapacitar brevemente sobre la fiabilidad de los manuscritos que nos han llegado, y por consiguiente, de las traducciones que tenemos en nuestras casas, tenemos que hacer una serie de consideraciones.

Todos tenemos por seguro que Platón existió y se le atribuye la autoría de la “Apología de Sócrates” y “La República”, entre otros. Pues bien, de las obras de Platón carecemos de los originales, solamente tenemos 7 copias manuscritas que distan 1200 años desde su original allá por el siglo IV a.C (1). En cuanto a “La guerra de las Galias” de Julio César, de la que también carecemos del original, tenemos 10 copias manuscritas que distan un milenio de su supuesto original (1). De Aristóteles tenemos muchas mas evidencias, pues el número de copias se lanza hasta la friolera de 49, aunque tenemos que conformarnos con tener copias del 1100 d.C., 1400 años después de su escritura por el filósofo mentor de Alejandro Magno (1). Por último, pondremos el caso de “La Iliada”, una de las obras cumbre de la literatura antigua, y una de las mejores conservadas. De esta obra no tenemos el original tampoco, pero sí 643 manuscritos, siendo el más antiguo solamente 500 años más joven que su original (1). Del Nuevo Testamento, tenemos 5686 copias del original griego (2), muchas de ellas con apenas un siglo de diferencia entre la Autógrafa y la copia que nos ha llegado. Ya solamente los manuscritos griegos superan a cualquier otra obra de la antigüedad.

Como objeción, se puede decir que existen variaciones entre los manuscritos que nos han llegado, pero en este sentido la evidencia a favor de la veracidad de la Biblia es abrumadora. Todos estos manuscritos coinciden entre ellos en un 99,5%. Esto quiere decir que solamente hay un 0,5% de disconformidad entre estos manuscritos, que podemos estar seguros de que ese 99,5% de lo que tenemos escrito en nuestras Biblias, es lo que escribieron los autores originales, y en cuando a este 0,5% restante, no afecta en absoluto a ninguna de las doctrinas fundamentales de la fe cristiana y es susceptible de ser reconstruido en base a la comparación de las diferencias entre los manuscritos (3). 

La conclusión es que nuestra Biblia es básicamente la que se escribió en el principio, la analogía del “teléfono escacharrado”, por la que es imposible creer la Biblia que tenemos porque ha sido copiada y recopiada tantas veces que ya es imviable distinguir lo que ponía inicialmente, es sencillamente falsa, la evidencia documental nos cierra esa puerta categóricamente.

Pero esto no es todo, si sumamos los manuscritos griegos que tenemos a los que han aparecido, también de fechas muy tempranas, de traducciones al copto, al siriaco o al arameo, tenemos una evidencia documental de más de 24000 manuscritos, aparecidos por todo el mundo mediterráneo, con un mismo mensaje que nos llevan inequívocamente a aquella Autógrafa, en la que Alguien ha puesto mucho cuidado para que nos llegue en perfectas condiciones. Y todo esto mientras la religión cristiana estaba prohibida por el Imperio y sus escritos eran quemados tan frecuentemente.


(1) Extraído del cuadro adaptado de tres fuentes: Apologética Cristiana de Norman Geisler, el artículo La arqueología y la historia avalan la confiabilidad de la Biblia de Richard M. Fales y Una pronta defensa de Josh McDowell.
(2) Fundamentos Inquebrantables .Norman Geisler & Peter Bocchino. Pág. 256.
(3) El Caso de Cristo, Ed. Vida. Lee Strobel. Págs 73 y ss. 

martes, 20 de marzo de 2012

El vacío del presente


He leído que somos lo que somos dependiendo del lugar y las condiciones de las que provenimos, de las personas que nos han rodeado y su influencia en nosotros y de las decisiones que hemos tomado. Parece ser que nuestro presente es, ni más ni menos, una consecuencia lógica de nuestro pasado. Al menos eso es lo que todos tenemos en mente y siempre hemos oído.

Parece ser que, como un método de defensa, tendemos a olvidar aquello que nos ha hecho daño para recordar las experiencias positivas de nuestra vida. De allí aquello de que nos contaba Jorge Manrique y que se molestaba en recordarnos Karina de que “cualquier tiempo pasado nos parece mejor.” Pero eso no cambia el hecho de que hay circunstancias negativas que han marcado de tal manera nuestra vida que las seguimos arrastrando en el presente, así como hay casos en que algo bueno nos ha impactado y hoy, gracias a aquello hay una buena marca en nosotros. El pasado, el recuerdo, la invocación de aquello que fue y ya no es, ciertamente marca nuestro presente, nuestra esencia hasta tal punto que podemos afirmar que somos sustancialmente eso, y por esas razones.

El futuro, nuestras esperanzas, todo lo que seremos, tendremos y nos hará felices. Todos tenemos una idea más o menos exacta de lo que esperamos de nuestra vida de aquí a 10 años, a 20 o a 3 meses. Yo me imagino cómo será el día de mi boda, espero lograr encontrar un trabajo digno, aunque esté siendo utópico dadas las circunstancias, pienso en cómo será tener hijos, el tener a mi propio vástago en los brazos, el no poder dormir por sus llantos, todas esas cosas. Son cosas que tengo ganas de alcanzar, de llegar a ese momento. Si hoy en día tengo que vivir con menos recursos, lejos de la gente que quiero, si tengo que dormir menos para preparar el examen de mañana, si tengo que sacrificar ciertos “privilegios” con tal de lograr agarrar con mis propias manos ese futuro que sueño, estoy dispuesto a hacerlo porque pienso que merecerá la pena. Porque, de una manera o de otra, apuesto con mi presente a ese futuro que está en mi mente.

Así, tengo un presente, que es el producto directo de mi pasado, y que a su vez está hipotecado al futuro que sueño. Esto es lo que llamaba C.S. Lewis el vacío del presente. Vivimos nuestras vidas tratando de recordar lo mejor de aquello que ya hemos vivido y tratando de alcanzar ese porvenir soñado. Con la situación de crisis económica, podemos verlo muy fácilmente. Estamos con el agua hasta el cuello porque en el pasado hemos derrochado lo que no teníamos, o al menos eso dicen, así que tenemos que sacrificarnos haciendo todos los recortes posibles, para que en un futuro próximo podamos comenzar a ver la luz y tener en unos añitos el sol resplandeciente que nunca debimos perder. Nos lamentamos de los errores pasados, y en consecuencia pagamos en el presente para no tener que arrastrarlo en el futuro.

Es algo bueno recordar el pasado, como dijo un sabio, el pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla. Y eso es perfectamente aplicable a nosotros como individuos también. Es necesario recordar todo aquello que nos ha llevado hasta donde estamos, y analizarlo de tal manera que podamos llegar a discernir los errores para no volverlos a cometer y los aciertos para conseguir usarlos para aprender. Es mucho más que recomendable esforzarnos en conseguir un buen futuro para nosotros y nuestra gente. Mis planes de casarme, tener hijos y un buen trabajo para mantener a mi familia son algo bueno, desde luego.

Pero yo me planteo hoy si no estaremos comprometiendo el presente, acusándolo de ser solo una sombra del pasado, y cargándolo con el futuro como una losa demasiado pesada. Es cierto que vivimos malos tiempos, que ya habrá tiempo para vivir el presente. Yo puedo pensar que cuando consiga el futuro que sueño, entonces podré disfrutar como se debe. Pero entonces tendré que preocuparme por cuidar de los míos, por darles lo que necesito, tendré que ocuparme en la educación de mis hijos, en que ellos tengan un futuro lo mejor posible. Y entonces pensaré en que cuando ellos salgan de casa y yo pueda jubilarme, entonces podré vivir tranquilo y disfrutar. Pero entonces puede que tenga otras preocupaciones que no me dejen alcanzar el presente. No creo que sea una buena idea el vivir postergando la felicidad, pensando que después de aquella colina estará el valle más verde.

El rey Salomón escribió hace algo menos de tres milenios:

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reir; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. 
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida.
(1)

Todo tiene su tiempo en la vida. Y considero que el mejor momento para aprovechar el presente, es precisamente el día de hoy. De una manera responsable, claro, sin comprometer el futuro para ello. Pero creo que el fruto de nuestro trabajo debe ser disfrutado. Durante demasiado tiempo hemos vivido en este presente vacío del que hablaba el doctor Lewis. Es hora de comenzar a descubrir que existe, que el día de hoy es precioso, y merece la pena vivirlo, sin dejar que el pasado nos ensombrezca, sin permitir que el futuro nos hipoteque. Hoy ha comenzado la primavera estacional, dejemos que comience la primavera en nuestras vidas.


(1) Eclesiastés 3:1-12

lunes, 19 de marzo de 2012

La Vía Romana



Según el título de la entrada de hoy, cualquiera diría que os voy a indicar un camino secreto y antiguo hacia la capital italiana, pero no es así. Lo que hoy pretendo es indicaros otro camino mucho más importante que el de Roma.

Hay algo ciertísimo. Una enfermedad que nos afecta a todos los hombres, sin excepción. Esa enfermedad es la muerte. Y es que dicen las estadísticas que, nada menos que el 100% de las personas mueren, sorprendente, ¿eh? Pues bien, el ser joven es algo que, de una manera o de otra te inmuniza ante esta realidad. Aunque somos conscientes a un nivel intelectual de que en algún momento de nuestras vidas vamos a morir, es algo que tenemos por tan apartado en el tiempo que, total, ya habrá tiempo para pensar en eso. Sin ser conscientes de que la muerte puede abrazarte esta misma tarde, mientras paseas por la calle.

Esto es así, tan cierto como que respiras.

Supongo que la mayoría de vosotros tendrá una Biblia en alguna estantería en casa. No sé si en algún momento alguien os ha explicado, con ese libro en la mano, qué es lo que hay que hacer para obtener paz con Dios y que ese trance por el que tenemos que pasar todos, no solamente se haga menos pavoroso, sino que sea algo digno de celebrar. Porque el tema de a donde vas después es algo que, si no estás como tienes que estar con “El de arriba”, la verdad es que es algo muy serio.

Y para que en el viaje por ese desconocido tocho que es la Biblia no se pierda nadie, solamente vamos a usar un libro, la carta de Pablo a los Romanos. De ahí el nombre de la entrada. Os voy a mostrar el camino, usando esta carta, que debéis seguir si queréis llegar a tener paz con Dios, y no solamente la promesa de un “pase al Cielo”, sino el comienzo con una relación con el Creador desde hoy mismo. Es gratis, sencillo y para toda la familia. Pero, por favor, acompáñenme por este camino.

La primera parada que vamos a hacer, se encuentra en el capítulo 3, versículo 23. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Ciertamente no son buenas noticias. Todos hemos hecho mal, todos hemos faltado a la ley de Dios. Mucha gente se puede considerar buena al compararse con otros, pero lo cierto es que nadie hay sobre la Tierra que no haya fallado nunca. En ese mismo capítulo, en los versículos del 10 al 18, podemos hallar una descripción de lo bien que nos sienta esa maldad.

Lo que nos lleva directamente a la siguiente parada en nuestra Vía Romana, que la podemos encontrar en el capítulo 6, versículo 23. “Porque la paga del pecado es muerte...” No habla de que la paga por estar todo el día robando bolsos a viejas y maldiciendo sea la muerte, o que la paga de asesinar a un chaval para robarle la merienda sea la muerte, no. Dice que la paga del pecado es la muerte. Ya hemos estado hablando del pecado, y ya expliqué de qué manera es esto posible de que su consecuencia justa sea la muerte. Y da la casualidad de que TODOS hemos pecado, todos hemos faltado. Todos merecemos la muerte. Y no estoy hablando únicamente de la muerte de la que tratábamos antes, aquí habla de la muerte eterna, del infierno, del castigo, del dolor y el tormento eternos. No es saña, el justo pago por una falta eterna e infinita debe tener la misma magnitud.

Bueno, pues parece que este camino nos está llevando por lugares que no no gustan lo más mínimo. Pero tened paciencia, porque esto está a punto de cambiar. Si continuamos con el mismo versículo de la parada anterior, nos encontramos con una impresionante afirmación, “...mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Parece ser que la tónica cambia un poco en este punto. Es cierto que la justa paga del pecado es la muerte, pero aquí también habla de un regalo, pero no un regalo cualquiera, habla de un regalo de Dios que que es ni más ni menos que la vida eterna. En el capítulo 5, versículo 8, dice “mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Por eso dice que la vida eterna es en Cristo Jesús. Cuando nosotros aún estábamos en la segunda parada, sin opción a escapar del justo castigo que teníamos encima, se produjo el mayor milagro de todos, que Dios mismo se hizo carne para pagar por esos pecados que nos alejaban de la perfección, y no solamente eso, no solo pagó por nosotros cuando eramos sus enemigos, sino que nos dio la capacidad de pasar de ser condenados, esclavos, a ser amigos, hijos de Dios. Es algo impresionante.

Pero esta tercera parada no tendría sentido si no supiéramos cómo poner en práctica este regalo, si no somos capaces de agarrar la grandeza de la tercera parada de la Vía Romana y hacerla totalmente nuestra. La cuarta parada, la encontramos capítulo 10, versículo 9. “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Así es. Lo único que tenemos que hacer para aceptar este regalo es creerlo en nuestro corazón, confesarlo con nuestra boca, en definitiva, hacer nuestro este regalo tan grande e inmerecido. No tenemos que donar dinero a ninguna iglesia, no es necesario repetir periódicamente unas palabras mágicas, no se nos pide salvar el mundo, ni llegar a un estado de perfección. No se trata de eso, lo que se requiere de nosotros es solamente aceptar este regalo.

Y para terminar, la última parada de esta Vía Romana nos lleva al capítulo 5, versículo 1. “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” A través de la aceptación de este regalo, tenemos la libertad de tener una relación de paz con Dios. En el capítulo 8, versículo 1 dice “Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” Ya no tenemos por qué tener miedo a la muerte, ninguna condenación hay ya para nosotros. Si me has acompañado en esta vía, y la has seguido con tu corazón, ninguna condenación te espera, la garantía es de Dios mismo. En el capítulo 8, versículos 38 y 39 encontramos lo siguiente:“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Nada me haría más feliz que enterarme de que has seguido este camino y que has encontrado lo que realmente buscabas, una razón para vivir, paz en tu corazón, una certeza para el futuro, una esperanza eterna.


*Nota: Si has buscado en tu Biblia y lo que está escrito no coincide exactamente con lo que yo he puesto, es a causa de las diferentes traducciones. Los originales están en griego y las diferencias son por eso, pero habrás podido comprobar que básicamente dice lo mismo. Otro día hablaremos de los originales de este y de los demás libros de la Biblia.

viernes, 16 de marzo de 2012

La firma en la célula

Stephen Meyer se doctoró en Filosofía de la Ciencia por la Universidad de Cambridge, dirige el “Center for Science and Culture” del Discovery Institute de Seattle, y es uno de los más reputados proponentes del movimiento del Diseño Inteligente. En 2004 organizó un gran revuelo cuando una revista sobre biología perteneciente a la Smithsonian Institution publicara un artículo científico suyo reivindicando la inferencia de diseño en la Naturaleza:  The Origin of Biological Information and the Higher Taxonomic Categories .

En 2009 volvió a revolucionar el gallinero científico con la publicación de un libro enormemente ambicioso, rigurosamente escrito y que ataca en profundidad el problema del origen de la vida presentando contundentes argumentos contra quienes reivindican la posibilidad de la abiogénesis, es decir, la emergencia fortuita de la vida a partir de la materia inanimada.  El libro de Meyer discurre por el terreno del discurso estrictamente científico y su defensa contundente de la inferencia de diseño se aparta plenamente de cualquier atisbo de resonancia sobrenatural o de tintes religiosos .

Los argumentos de Meyer se apoyan en la evidencia de la existencia de información en la base de la dinámica de la vida. La vida es complejidad especificada, es decir, organización funcional, algo mucho más complejo y esencialmente distinto del puro orden que pueden presentar las estructuras emergentes como consecuencia de la acción de las fuerzas naturales sobre la materia inanimada (cristales, vórtices etc). La información es esa realidad formal, independiente y no interactiva con la materia, carente de masa o cualquier otra dimensión del mundo material, que sin embargo, reside y se instala en el soporte material de los nucleótidos del ADN para prescribir la construcción de los bloques de la vida, las proteínas.

 El código genético se convierte así en uno de los misterios más inabarcables de la Naturaleza, y el problema de la emergencia de la vida se convierte, no en el problema de la verosimilitud de la aparición espontánea de las moléculas más elementales de la vida, sino en el problema de la justificación de la aparición de esa realidad formal que es la información genética .

Además, Meyer repasa uno a uno todos los escenarios propuestos para justificar la emergencia espontánea de las formas primordiales de la vida y va demostrando la inconsistencia de sus planteamientos, la falta de credibilidad de los escenarios imaginados así como la inadecuación de las condiciones ambientales para la vida en el pasado, mostrando la dificultad para explicar la consolidación fortuita de la primera célula.

Cualquier unidad elemental de vida, la más básica de los organismos unicelulares, presenta una construcción de la más alta complejidad, imbuida frecuentemente de la condición añadida de complejidad irreducible de sus mecanismos y en el que la discusión en torno a la dependencia recíproca de proteínas y genes se ha convertido en un clásico de las adivinanzas cuya solución ya nadie espera encontrar.

 El problema es que hay más; la vida no es sólo replicación (genes) y autopoiésis (metabolismo, proteínas). La vida es también un proceso de construcción codificada y de transcripción de signos cuyo significado biológico, perfectamente arbitrario, no puede ser explicado por el determinismo de las leyes físico-químicas que rigen el cosmos . Es por eso que la reivindicación cada vez más acusada del origen extra-terrestre de la vida resulta perfectamente estéril como argumento. Esta solución mágica, se nos dice, no es solamente una forma de echar balones fuera reportando la solución del enigma a una instancia lejana. Lo que se pretende es argumentar que si bien es cada vez más evidente que las condiciones ambientales de nuestro planeta no pudieron facilitar las reacciones químicas necesarias para la formación de los primeros elementos de la vida, la  panspermia  en cambio nos permite afirmar (de manera por supuesto gratuita) que en algún lugar lejano sí se pudieron haber dado esas condiciones necesarias para la emergencia espontánea de la vida, y que una vez verificado el “milagro”, este hallazgo maravilloso, viajero a lomos de meteorito, se dignó posarse sobre la humilde corteza de este recóndito planeta.

 Pero Meyer nos despierta del sueño fantástico al que algunos se han querido aferrar. La emergencia de la vida no supone sólo el problema de explicar la viabilidad de la formación de los primeros organismos vivos en un ambiente dado; supone, por encima de todo, el problema de explicar la aparición de la información precisa que rige los procesos y la dinámica de los vivientes ; aquí o en el rincón más apartado del cosmos inmenso que nos alberga. La información al fin y al cabo, es una realidad inmaterial y como tal, no tiene justificación mantener que haya sido producida por las fuerzas que determinan la materia inanimada. Hasta ahora no conocemos otra fuente de producción de información que la inteligencia de una mente racional. Sabemos a ciencia cierta que nunca se ha verificado evento alguno en el que esta regla dorada haya sido transgredida. La causa del Diseño Inteligente se apoya por lo tanto en el conocimiento más avanzado de la biología y en la reflexión y experimentación científica más escrupulosa. De estos sólidos cimientos nace la inferencia filosófica de una causalidad inteligente en el origen de la vida.

 El libro de Meyer ha constituido un auténtico evento en el seno de la comunidad científica internacional y su éxito comercial ha sido rotundo . Desde su publicación Meyer asiste de forma continuada a presentaciones en aulas de Universidades y auditorios de todo el mundo así como a entrevistas y debates en medios de comunicación.

Es una lástima que literatura de tan alto nivel científico y que se ocupa de asuntos tan enormemente interesantes y relevantes para el debate sobre los orígenes no pueda ser disfrutada por el público de habla hispana al carecer por el momento de traducción y no existir planes inmediatos al respecto por parte de la editorial propietaria de los derechos.

En compensación sin embargo, en nuestra página principal (www.oiacdi.org) podemos acceder a un estupendo artículo sobre este mismo asunto, el origen de la vida, debido a la pluma de un personaje tan brillante como heterodoxo, el gran David Berlinski. Este intelectual agnóstico de origen judío nos ofrece en su artículo, este sí traducido al español, una revisión profunda de las premisas y supuestos, y como consecuencia, de las dificultades para hacer razonable la teoría de la abiogénesis. Por el artículo desfilan todos las constricciones del proceso: la falta de una atmósfera prebiótica químicamente reductora, la dificultad de explicar la síntesis natural de la citosina y de la ribosa, la aparición espontánea de mecanismos para la formación de polinucleótidos, el descubrimiento inexplicado en la Naturaleza de una molécula con capacidad de duplicarse a sí misma, y por último la transformación de una de estas moléculas autorreplicativas en un sistema químico codificante. Un artículo accesible y de gran interés que les recomiendo vivamente.

Autores: Antonio Cruz Suárez

©Protestante Digital 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

El acuario


En una carísima clase de gestión de recursos y tiempo especializada para grandes empresarios, el encargado de darles la charla, llevó al frente una enorme pecera vacía, y la colocó encima de la mesa donde se supone que debería poner los documentos y gráficos que usaría para su clase magistral. Todos los asistentes le observaban con la boca abierta, no se imaginaban para qué podría servir ese enorme acuario.

- Buenos días, mis queridos amigos. – El profesor se paseó entre sus acaudalados y poderosos alumnos en dirección al final de la clase. - Hoy vamos a aprender la lección más importante que podemos encontrar en cuento a la gestión de nuestros recursos y de nuestro tiempo, aprenderemos a gestionar nuestras prioridades, a dar un grado perfecto a nuestros intereses, deseos y expectativas en cuanto a nuestros recursos físico-temporales y a optimizarlos para favorecer lo realmente importante. – Se agachó y agarró un pesado saco que parecía lleno de inmensas piedras. Con mucho trabajo, lo empujó hasta el frente, lo abrió y comenzó a sacar piedras, que poco a poco, fue depositando en el acuario.

Los asistentes al taller, le miraban estupefactos, habían pagado un buen dinero por ver a un hombre introducir piedras en una caja de vidrio. El profesor, piedra a piedra, llenó la enorme pecera hasta que ya no cupo ninguna de esas grandes piedras.

- Muy bien, compañeros, ¿alguien podría definirme en qué estado se encuentra esta pecera?

- Bueno, señor, pues creo que ahora el acuario está lleno. – Dijo uno de los trajeados asistentes.

- Respuesta incorrecta, amigo. – El profesor volvió a la parte de atrás de la clase, de donde levantó, con esfuerzo, una caja de madera que estaba llena de algo. – Es bastante fácil el poner la excusa de que nuestra agenda está llena. Pero nos debemos preguntar si realmente lo está. – Llevó la caja hasta el frente y la apoyó al lado del acuario. Tomó fuerzas para levantar la caja y, poco a poco, vació su contenido en el acuario. Eran unas piedrecitas y guijarros que, poco a poco, fueron llenando la pecera, introduciéndose en los huecos que dejaban las enormes piedras. Cuando llegó hasta arriba, dejó la caja a un lado. - ¿Veis?, no estaba tan lleno al fin y al cabo.

- ¿Alguien podría describirme el estado de este acuario ahora?

- Pues, parece que, al menos, un poco más lleno que antes. – Respondió uno de los asistentes.

- Muy bien, amigos, pero esto no se ha acabado. – Volvió a dirigirse al final de la clase y cargó un cubo a la parte de adelante. Vació su contenido en la pecera, arena fina, que se introdujo en los pequeños huecos que habían dejado los guijarros. Cuando lo hubo terminado, se volvió a su audiencia.

- ¿Cómo está ahora?

- Lleno. Ahora sí que está lleno – Contestó el mismo que había fallado en la respuesta la primera vez que preguntó eso mismo el profesor.

- De nuevo, amigo, respuesta incorrecta. Aún podemos llenar más nuestra agenda, aunque parezca que no.

Esta vez, sacó de detrás de la mesa donde estaba el acuario, una jarra de agua, cuyo contenido vertió en la pecera. La arena fue absorbiendo el agua hasta que ya no cupo más.

- Mis queridos amigos, ¿cuál es la enseñanza que podemos extraer de este acuario?

- ¿Que nunca podemos decir que nuestra agenda está demasiado llena?

- Respuesta incorrecta. – Respondió el experto - De aquí podemos aprender que si no ponemos las piedras más grandes lo primero, jamás podremos colocarlas ya.

miércoles, 14 de marzo de 2012

No soy tan bueno


Muy buenas, hoy os dejo con una canción brutal. Un rap de 1Dtantos, llamado No soy tan bueno. 

Nunca he sido mucho de rap, pero la verdad es que esta canción es de esas que aún después de haberla escuchado un montón de veces, sigue consiguiendo ponerme la piel de gallina. Os he dejado la letra abajo. 

Espero que lo disfrutéis.


No soy tan bueno. 1Dtantos.
 
 
A veces las cosas no son lo que parecen. A veces nos molestamos en darle la vuelta a la tortilla de la forma más complicada, para hacer las cosas más sencillas a nuestro modo de entender.

Pensé en todo esto, y en compartirlo con vosotros. Y aquí os lo traigo, todo en lo que pensé.

Pensé en vosotros al hacer este tema, generación televisión, los que os movéis por inercia.
Pensé en aquellos que no os gusta el sistema, y en los de inerte conciencia y en los que solo protestan.

Pensé en la ciencia y en las noches de fiesta, pensé en mi curre y en las tardes de siesta, en los curritos de diario y en la alta sociedad, pensé en la estupidez de la metro sexualidad. Alguien suelta una memez por los medios y de repente todos visten como gays pero sin serlo.

Pensé en las modas, pensé en las bodas y en el protocolo, pensé en qué parte es buena y qué parte es negocio.
Pensé en los socios y en los que van por libre, pensé en la típica frase de que Dios nos libre, cuando eres ateo.
Pensé en lo poco que leo, lo poco que me preocupa, pensé en la televisión y en el tiempo que me ocupa y no debería.
Pensé en los programas que en teoría no interesan, si es así, ¿por qué tiñen nuestras tardes de rosa? Ana Rosa Quintana, Las tardes con Ana y por supuesto Gran Hermano, resumen de la semana.
Pensé en el Hola, el Diez Minutos, el Marca, pensé en David Beckham y en Victoria Adams, pensé en porque nos importan tanto esas chorradas, sus vidas privadas, sus líos de faldas.
Pensé en la manera de ganarme la vida sin hacer nada.

Pensé en Shin Chan, mejor no comment. Pensé en mi madre cuando dice este hijo mío que mal come.
Pensé en Homer, Los Simpson y en Futurama.
Pensé en los que utilizan su lengua como un arma.

Pensé en el alma y en que es eterna, pensé si sabes qué significa el crucifijo que tu cuello adorna.

Pensé en la belleza y en que es etérea, pensé en las rarezas y en por qué son bellas.
Pensé en tus ojos que será lo que quede cuando tu cuerpo se arrugue y me muestren tu belleza interna.

Pensé en las drogas y en los que se hunden en ellas, pensé en las botellas y en los que se enamoran de ellas.

Pensé en el cielo, el universo, las estrellas.
Pensé en si realmente habría vida inteligente ahí fuera pues encontrarlo en esta esfera no es tan fácil no creas.

Pensé en los tres mundos que en teoría el planeta habitan.
Pensé en Chechenia, Palestina, Irak, Afganistan y en lo poco que me afectan.
Puedo estar en mi salón comiéndome una hamburguesa y a la vez ver la masacre en un colegio de Serbia.

Pensé en la bestia que puede ser el ser humano, pensé en no generalizar y en mirarme a mí mismo.
Pensé en mi egoísmo, en mi teórico civismo.
Pensé en los indigentes que cada vez hay más en Vigo, pensé en qué hago por ellos, aparte de compadecerlos, y entonces me doy cuenta de que no he movido un dedo.

Pensé en las veces que me he quejado por pagar un alquiler y las veces que no he pensado en los que duermen en la calle.
Pensé en que en mi ciudad hay quien no tiene qué comer y en que yo tiro la comida cada vez que voy al Burger.
Pensé en que tengo colegas con verdaderos problemas y mi problema más grande es el que dirán los demás, y las veces que critiqué a los que llevan vidas de desenfreno, pero al fin y al cabo...

Yo no soy tan bueno, no, no, no soy tan bueno.

Disculpa, soy humano y como tal, hipócrita.
Pregúntame qué tal estoy y te diré que bien aunque me deshaga.
Si en mi corazón hay cargas procuraré que no te enteres, que parezca siempre que hice bien mis deberes.
¿Qué pasa, seré un fracaso si en mi vida algo no funciona?, ¿o será que mi propio ego es el que me coacciona?
No sé pero me da que aquí hay algo que desentona y por una vez, mira, no va a ser mi ropa.

Disculpa, ¿pediste ayuda y no te ayudé? Será que estuve ocupado y que no te pude atender, tenía mil buenas excusas y nada mejor que hacer que ponerme a pensar en todo lo que pensé.
Me auto examiné y salí suspenso, y entonces me di cuenta de que quizá no sea tan bueno. Es que...

No soy tan bueno, no, no soy tan bueno.

¡Pero hombre tranquilo!, ¡no seas tan duro contigo mismo!, será que tú al igual que yo eres víctima de tu hedonismo.
Comprendo tu escepticismo pero dime: ¿de qué vale que de lecciones morales a los chavales si mi vida no refleja lo que por mi boca sale?
Busco perfeccionarme y avanzar en el camino como un buen cristiano, pero Cristo sólo hay uno.

¡No demandes de mi lo que no consiguió ninguno!

Por eso confié en Dios y me puse en sus manos, porque por mi mismo no he logrado ser tan bueno.

No, no soy tan bueno, no, no soy tan bueno.

Por eso pido perdón por las veces que te ofendí y las veces que actué sin pensar en ti, las veces que lloraste y contigo no me dolí, las veces que te alegraste y que no supe sonreír, tal vez por envidia.
Por eso doy gracias a Dios por su misericordia y a ti por existir, o simplemente por estar ahí, o simplemente por estar ahí.

Pensé en el tiempo y en que es etéreo.
Pensé en el Cielo y en que me gustaría veros allí a todos y no tener que echar a nadie de menos, y no tener que echar a nadie de menos.
Al fin y al cabo...

Yo no soy tan bueno, no, yo no soy tan bueno.

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