lunes, 13 de enero de 2014

Diez recomendaciones para el 2014

1. Recordemos que ha habido épocas peores.Algunos hasta las hemos vivido. Si vuelvo la vista atrás no puedo decir que en los años sesenta o setenta hubiera nada mejor que lo que ahora vivimos. Ni en sanidad, ni en acceso a la educación, ni en bienestar, ni en consumo, ni en cobertura social, ni en pensiones, ni en ayuda a los desempleados, ni en comunicaciones,... ni en alimentación ni en nada.

Sí, es cierto que éramos más jóvenes, pero eso no lo puede solucionar ningún gobierno. Si de situaciones peores salimos - recuérdese lo que fue la mayor parte del siglo XX- saldremos también de ésta.

2. No esperemos que otros solucionen nuestros problemas. A lo largo de la Historia de España los problemas de los españoles nunca han sido solucionados por otras instancias por mucho que se autolegitimen o se den autobombo. A decir verdad, han contribuido no poco a sembrar la desgracia - cuando no a promover el derramamiento de sangre - y por ello lo más sensato es no esperar nada de ellas - desde luego, nada gratis - y mirarnos a nosotros mismos para intentar salir adelante.

En términos generales, hasta hace poco, cualquier tiempo pasado fue considerablemente peor. Si queremos solucionar algo, pongámonos a ello.

3. En época de indecencia, propongámonos ser más decentes que nunca. Bajo ningún concepto nos sumemos al desplome de la veracidad, al todo vale o al venderse al mejor postor. Frente a las carencias, lo que se necesita es suplirlas no aumentarlas.

4. No nos dejemos llevar por la amargura. El resentimiento o el rencor son cargas muy pesadas incluso en tiempos de bonanza. Pueden aplastar a cualquiera en épocas de dificultad. Deshagámonos de ellas si es que las sufrimos.

5. Estemos dispuestos a perdonar. Desde luego, ocasiones no van a faltar. Pero además el perdón es restaurador y nos libera. Incluso nos asemeja a Dios. Por añadidura, en esta época de maldad, lo que debemos hacer es juzgar menos y ayudar más.

6. Calibremos lo verdaderamente importante. Durante demasiado tiempo se ha vivido con la idea de que la vida merece la pena si se llena de cosas. Es comprensible teniendo en cuenta la escasez de siglos, pero va siendo hora de llenar lo que tenemos - mucho o poco - de vida.

Recuperemos el tiempo con nuestra familia o los amigos y no dejemos que otros nos dicten lo que hemos de hacer con nuestras existencias apelando a la dictadura de lo políticamente correcto o cualquier otro dogmatismo. Si destruye su matrimonio o su vida familiar o su amistad con alguien querido nadie de los que tanto gustan de modelar la sociedad vendrá a echarle una mano.

7. No nos dejemos engañar por demagogos ni salvadores. Si fuera tan fácil arreglar el mundo, ya lo habrían hecho con sus fórmulas mágicas y, de momento, está por ver. En realidad, la mayoría sólo intenta sacar beneficio del río revuelto. En lo que dependa de nosotros, no lo consintamos.

8. Trabajemos con dignidad y orgullo. No permitamos que el desánimo se apodere de nosotros. Estamos trabajando por nosotros y por los nuestros. Por eso vamos a hacerlo bien. No, mejor aún, lo vamos a hacer de manera excelente.

9. No perdamos la esperanza. No es cuestión de engañarse creyendo mensajes interesados, pero tampoco podemos olvidar que sólo podemos cosechar aquello que previamente hemos sembrado.

Plantemos las semillas de la esperanza, con paciencia y con los ojos puestos en el futuro y eso será lo que segaremos; y por último:

10. Dirijámonos a Dios con confianza. Tanto para pedirle ayuda en nuestras dificultades como para darle las gracias por lo que nos otorga. Me consta que algunos de los que leen los posts de este muro son agnósticos o incluso ateos. No importa. Si no creen en Dios, Dios sigue creyendo en ellos y está dispuesto a escucharlos. Si hacen la prueba, no se arrepentirán.

Y ahora sí: feliz 2014. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios les bendiga!!!
 
©Protestante Digital 2014

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