sábado, 8 de octubre de 2011

Crisis


 Estamos en crisis. Esto es algo que todo el mundo sabe desde que nuestro presidente nos lo informó. El paro está por las nubes, estamos sintiendo los recortes por todas partes, todo el mundo se está levantando contra las injusticias que vemos, la educación, la sanidad, los servicios públicos se están viendo afectados. Lo más probable es que dentro de poco cambie el color de nuestros gobernantes, y aún así nadie tiene la confianza suficiente como para decir que nos irá mejor con ellos. Mucha gente que había luchado durante años para lograr tener un hogar, ahora se ven en la calle, sin trabajo ni ayudas y sin esperanza de conseguir ninguna cosa. Ciertamente está todo muy mal, muchas cosas que habíamos conseguido a lo largo de nuestra historia a base de sacrificio, trabajo y tenacidad se está derrumbando como un castillo de naipes.

Y esta no es la única manera en que estamos en crisis. Todos podemos ver cómo, de la misma manera que de toda la vida, los niños jugábamos en la calle, hacíamos amigos, corríamos, hacíamos casetas en los árboles y usábamos nuestra imaginación para entretenernos, hoy en día se usan solamente algunos músculos de los dedos para pulsar teclas de una videoconsola. Esa es la máxima aspiración de los pequeños. Pero esto, aunque sea preocupante, no es lo peor. Esta mañana me contaban de botellones que hacían grupos de niños de 11 y 12 años durante las fiestas de Béjar, y de algún caso en que habían tenido que llevar a algún pequeño al hospital con un coma etílico. Si esto es lo que hemos logrado con nuestros pequeños, creo que la crisis económica se queda ciertamente corta al lado de la degeneración a la que estamos llegando. Cada vez la edad en que se practica sexo por primera vez desciende preocupantemente. Cuando escucho hablar a grupos de chavalillos que apenas superan la decena de años de existencia, me topo con auténticos expertos en temas de sexo, cuando veo a niñas, ya ni siquiera adolescentes, prácticamente desnudas por la calle, con ropas que no debería ponerse ni una mujer ya formada física y mentalmente para no ser confundida con una concubina, cuando soy testigo de pequeñas que se hacen amigas de, digamos, mala gente, y hacen lo que sea para que no les falte su dosis diaria, me doy cuenta que esta crisis sobrepasa todo lo que pudiéramos haber previsto.

La crisis económica que tenemos encima, no es nada en comparación con la crisis de valores que nos está sitiando. Ya conceptos como la familia, la autoridad, la amistad, el amor, el esfuerzo, la humildad o la generosidad no tienen ningún valor en medio de nuestra avanzada y libre sociedad. Han sido reemplazados por el aquí y el ahora. Nada más importa. Y si nuestros actos libres nos traen consecuencias, nuestra sociedad adolescente se ocupa de que no tengamos que pagarlas, y si el no tener que pagarlas pasa por segar una vida en nombre de la libertad, adelante con ello.

Realmente tengo miedo. Porque en un futuro, me gustaría ser padre. Y el traer un niño a este mundo en crisis, ya no económica, que me preocupa menos, sino moral, es algo peligroso, difícil, sacrificado. Y también porque tener que enfrentarse a todo esto no es sencillo ni agradable para mi, que se supone que ya estoy minimamente preparado para afrontarlo, así que para alguien indefenso, inocente y sin filtros apropiados, puede ser un bombardeo brutal de estupidez difícilmente soportable.

1 comentario:

Dal Wehawax dijo...

Queridísimo tío Poe:

¡Cuánto tiempo! Nada de lo que dices es fruto de tu imaginación sino de la realidad diaria que vemos todos los días. No te sorprendas de ella aunque es lógico que no la compartas. ¿Quién,cuerdo y sensato, puede desear el mundo que tenemos?

Verdaderamente estamos en tiempos difíciles y complejos de manejar. Una doctrina globalizadora con la fuerza de un huracán barre el mundo moderno. La gente de todos los países está siendo víctimas del abuso de poder de sus gobernantes.

Esto irá a más en todos los continentes y el descontento general seguirá agitando el mar humano. Pero hay muchos motivos para la esperanza.

Y tienes toda la razón: cualquier crisis es humana. Todas las crisis tienen su raíz en el hombre. En el amor al poder y al dinero.

Fenicia manda en el mundo y de la misma manera que entre los fenicios el oro era el más grande mandamiento el oro es hoy el primer mandamiento global.

Los fenicios amaban más el oro que a sus hijos a quienes siendo bebés pasaban vivos por el fuego en sacrificio humano a su dios Baal Moloch.

Los globalizadores están sacrificando a Moloch a gran parte de la humanidad.

Ten fe porque todo está escrito.

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