jueves, 9 de junio de 2011

El Cielo III: Regreso al pasado

Cuando hablo del Cielo, me estoy refiriendo al lugar donde los redimidos por la sangre de Cristo pasarán la eternidad una vez todo haya acabado. En este sentido me refiero al plan maravilloso que Dios tiene para los que confían en Él. Y, para empezar a imaginarme cómo será este lugar, creo que lo más inteligente es pensar en aquel lugar, descrito en la Biblia, donde Dios convivía con aquellos que confiaban en Él. Porque si pretendemos saber cómo será el último lugar que Dios ha preparado al hombre, tendremos que empezar por el primero de todos ellos, el Paraíso.

Antes de nada me gustaría dejar claro que esta es mi opinión personal, a la conclusión que yo sinceramente he llegado. Me parece lógico el buscar la verdad del plan perfecto de Dios para el futuro en su voluntad para su plan perfecto en el pasado. Porque parto de la base que Dios nunca cambia.

En el capítulo 2 del libro de Génesis se nos hace una presentación del lugar que Dios hizo para que habitaran en él Adán y Eva, los dos primeros humanos. Y me gustaría centrarme más en las órdenes que estos dos personajes recibieron de Dios, lo que YaHWeH les mandó hacer cuando aún estaban dentro de su perfecta voluntad.

Antes de describir este vergel, en el primer capítulo del mismo libro, la pareja recibe una serie de indicaciones. La primera es que fructifiquen y se multipliquen. Esta norma es completamente lógica en su tiempo, pero no tengo tan seguro que pueda extrapolarse al Cielo, por la sencilla razón que entonces solo eran dos, en el Cielo seremos millones de millones, si además le sumamos que no existirá la muerte, creo bastante lógico que no haya reproducción, por una sencilla razón logística.

Les dice que sojuzguen la tierra, que sean sus autoridades, que ha puesto toda la creación bajo su responsabilidad. De aquí podemos ver, no solamente que tenemos autoridad sobre la creación, sino que somos responsables de ella, es decir, y esto viene muy bien recordarlo, Dios nos pedirá cuentas de la destrucción natural que generemos con nuestra negligencia. Esto no creo que cambie durante la eternidad, seguiremos teniendo autoridad (para cuidar, no para destruir) sobre todo lo creado. Todo lo que existe será para que comamos y para que bebamos. Aquí se incluye algo. Trabajo.

Dios nos creó para trabajar. La meta del ser humano no es sentarse a ver la televisión. Fuimos creados para tener actividad. No estoy hablando de la obligación de trabajar de sol a sol para conseguir agradar a Dios, estoy hablando de nuestra biología. Estamos diseñados para ser activos. Todos estamos viendo la cantidad de problemas de salud que actualmente se están derivando del sedentarismo en que vivimos. Y, por supuesto, no creo que sea una excepción en el Cielo. Aquí llegan las caras largas, ¿cómo?. ¿Me dijiste que esta visión del Cielo nos iba a gustar y ahora nos dices que hay que trabajar?. Pues sí. ¿Alguna vez has estado desempeñando alguna tarea de algún tipo, acompañado de gente que aprecias y pasándotelo realmente bien?. Pues a eso me refiero. Porque habrá trabajo, sí. Pero no habrá sufrimiento, ni habrá dolor, ni esfuerzo. Todo eso vino después de que fueran expulsados del Huerto. Antes no había ningún dolor, no había nada malo en trabajar. Era un disfrute, una diversión. El hecho de trabajar les daba un entretenimiento, era un motivo para sentirse satisfechos de su propia labor bien hecha. Puede ser que sea complicado entenderlo para nosotros, que además de haber experimentado casi exclusivamente la parte mala de trabajar, somos españoles. Pero el caso es que, en su esencia, el trabajo es algo bueno.

La última apreciación que quiero hacer sobre el Edén que puede ayudarnos a entender lo que espera en el Cielo, es el hecho de ver que nuestros dos amigos tenían una relación personal con Dios. Cada día paseaban con su creador. No sé lo que puede ser eso. Seguramente habréis tenido la oportunidad de sentaros al lado de alguien cuya compañía y conversación son tan interesantes que os habríais tirado horas y horas escuchándolos y estando con ellos. Puede ser que fuera por su sabiduría, por su forma de hablar, por la manera tan profunda en que os conocen, porque junto a ellos os sentís amados. Pues bien, imaginaos pasear cada día con el ser más sabio del universo, infinitamente más que cualquier erudito que podamos conocer, con una oratoria impresionante, las palabras más bellas salen de su boca como un manantial de aguas cristalinas, refrescantes. Imaginaos que este ser además os conoce tan bien que, de hecho, Él mismo os creó, cada detalle es obra de sus manos y por último, imaginaos que aquel con quien paseáis cada día es alguien que os ama hasta tal punto que no dudó un momento en dar su vida por ti aún cuando tú le odiabas. Sumando todo esto e imaginándonos tener una relación con Él tan estrecha que cada día quedáis para pasar tiempo juntos, podemos saber, levemente, como será esta experiencia que tenían Adán y Eva.

Viviremos en un lugar impresionante, tendremos autoridad en este lugar, tendremos que trabajar, pero de una manera preciosa, satisfactoria, y por último, viviremos diariamente la experiencia más maravillosa que el hombre pueda experimentar, escuchar sabiduría de la boca del creador, conocer los secretos del universo contados por el Todopoderoso, comprenderemos, paseando de su mano, cuan amados somos.

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