lunes, 27 de junio de 2011

Por la borda

Bueno, pues ya pasó el fin de semana. Estamos inaugurando otra nueva que vendrá cargada de ilusiones, esperanzas, nuevas experiencias y para muchos, desgraciadamente, más rutina. Todo esto aderezado con un calor asfixiante.

Ayer estaba pensando de varios temas que podría tratar aquí pero hoy no. Esta tarde iré a una acampada que tengo con mis chavales hasta el jueves, así que os tendré que dejar hasta el viernes, con todo el pesar de mi corazón.

Aún así, si veis que os aburrís y necesitáis vuestra dosis de pajarería, seguramente haya muchas entradas que no hayáis leído de las más antiguas, así que os animo a leerlas. De todas maneras, os quiero dejar con un pensamiento para que lo rumiéis durante este tiempo.

Recuerdo un comentario de un amigo en una entrada que me decía que él prefería no creer en Dios porque si cuando yo me muriera descubriera que Dios no existe, habré tirado mi vida por la borda. Pues bien, no solamente para nada estoy tirando mi vida por la borda siguiendo algo que SÉ que existe, sino me gustaría reformularos la pregunta, si cuando muráis, descubrís que el loco del pajarero tenía razón y que la salvación la tuvisteis tan cerca, tan fácil que solamente teníais que extender la mano y tomarla, porque todo ya está pagado, ¿no pensaríais que habíais tirado vuestra eternidad por la borda?.

Ahí os dejo una comparsa de los carnavales de Cádiz. Espero que os guste.

viernes, 24 de junio de 2011

O son do ar

Hoy os dejo una perla, una de las mejores canciones que he escuchado en mi vida. Probadla dando un paseo por el bosque, veréis que será el mejor paseo de vuestras vidas.

Se la quiero dedicar especialmente a tod@s l@s que tenéis la suerte de compartir conmigo esta tierra de la tribu celta de los Vettones, Béjar, el paraíso en medio del desierto.




¡Pasad buen fin de semana!

jueves, 23 de junio de 2011

Operación Barbarroja

22 de junio de 1941. El mundo está tambaleándose por una enorme guerra que lo asola. Todos los países, uno tras otro, van siendo pisados por la descomunal bota nazi. Los alemanes ya casi ocupan toda Europa y el norte de África. El gigante alemán parece imparable, ellos creen que nadie les puede derrotar, sus enemigos así lo piensan también. Aunque esta impresionante potencia se encuentra con tres problemas que no es capaz de solventar:

-Aún no ha sido capaz de subyugar militarmente al Imperio Británico, a pesar que no está escatimando esfuerzos ni bombas.

-El gigante estadounidense se está desperezando y ha cambiado su estado de neutral a no-beligerante. Realiza el primer reclutamiento de tropas voluntarias en tiempos de paz e incrementa exponencialmente su presupuesto militar.

-La Unión Soviética ha seguido su propio plan de conquistas, de hecho, del mapa de Europa, si unimos a los nazis sus aliados o simpatizantes, como España, nos queda prácticamente un mapa dividido entre Alemania y Rusia. El enfrentamiento entre las dos potencias parece inevitable.

Este hombre que jugó a ser dios se propone terminar su trabajo, si logra llegar a Moscú y controlar el Kremlin antes que la URSS pueda reaccionar, ya nada le podrá derrotar. Ha convertido a Alemania en una productora de guerra total, es decir, ya todos trabajan por y para la guerra. Llegados a este punto solo quedan dos opciones, una victoria total o la muerte, no hay punto medio. Y esto lo sabe Hitler.

Y así da comienzo la operación Barbarroja. La Guerra Relámpago que destrozó a los países europeos, hace que las plazas ahora controladas por los soviéticos capitulen a gran velocidad. Los nazis avanzan rápidamente hacia su destino, ya ningún hombre podrá detenerlos. Ellos siguen ciegamente a su “dios Hitler”, y saldrán victoriosos, siempre lo hacen. Su intención es destruir las tropas rojas en un par de meses. Así, por tres bloques, más de tres millones de alemanes y un millón de aliados, junto a 4400 tanques y 4000 aviones se precipitaron hacia las tierras comunistas.

Según avanzaban, no faltaban pueblos que pidieron el apoyar a los nazis para destruir a quienes les habían subyugado anteriormente, pero Hitler despreció esta ayuda, no los necesitaba, él podía dominarlo todo.

En octubre se dirigieron a Moscú. Parecía que se estaban retrasando. Las lluvias otoñales creaban fangos que los paralizaban casi completamente. Con tantas victorias alemanas, los periódicos germanos daban la guerra por ganada definitivamente.

Sin embargo tuvieron varios problemas. Leningrado, a donde llegaron en agosto, parecía una plaza demasiado costosa de tomar, por lo que Hitler decide sitiarla y tomarla por hambre, aunque llegan a 25 kilómetros de Moscú, la llegada de refuerzos de Siberia hace que tengan que replegarse más de 200 km y la más importante y crucial de todas, el frío.

Cuando llegó el invierno, los alemanes, preparados para su marcha inicial de verano hacia el norte, tuvieron que enfrentarse, sin apenas provisiones y mucho menos ropa de abrigo, a temperaturas que superaron los 50 grados bajo cero. Era cierto lo que pensaban, ningún hombre les detendría, no lo hizo un general soviético, como ocurrió con Napoleón, fueron vencidos por el “General Invierno”. Precisamente ese invierno, fue el más duro del siglo XX.


La operación Barbarroja fue el comienzo del fin de Hitler. A partir de este momento, ya no podemos contar las muertes de esta guerra en miles, sino en millones. En total, la fracasada operación se saldó con unos 25 millones de muertos. Esta pretensión de Hitler y esta operación fue tan importante para el transcurso de la guerra, que despertó el frente que sería su perdición. El resto de los frentes no serían más que intentos de "desangrar tropas" que en un principio irían destinados a la guerra en el este. Una vez el Ejército Rojo estuvo preparado, sería imposible pararlos.

Ayer hizo 70 años del comienzo de esta operación, del comienzo del fin de un tirano que soñó ser dios, seguido por un grupo de fanáticos que soñó seguir a un dios. Pero que, sencillamente, no lo era.

miércoles, 22 de junio de 2011

Invitación real

Vamos a suponer que ocurre algo verdaderamente ilógico. Vamos a usar nuestra imaginación para inventar una historia que me ocurre a mí, o a ti. Es algo imposible que pase, pero la imaginación es una de las más potentes herramientas que tenemos.

Un día estás trabajando (o yo, supongamos que algún día hay suerte y hay un puesto disponible de, digamos, fregar platos en una tasca de mala muerte). Son las 12 y media de la noche, tú ya estás pensando más en irte a casa a descansar de una dura jornada que en cualquier cosa. Ya estás casi solo en el bar. Incluso puedes permitirte el cantar mientras friegas. Entonces escuchas un ruido detrás. Te das la vuelta y ves a un hombre con un traje negro, corbata negra, camisa blanca, gafas de sol. Jurarías que te encuentras ante alguien que te dirá algo de extraterrestres y acto seguido te flasheará para hacerte olvidar la información confidencial.

El hombre de negro se acerca a ti. “Estoy buscando a alguien”. “El jefe no está en estos momentos, ya se ha ido” le dices. “Mañana a partir de las 10 de la mañana segurament...” Te corta. “No estoy buscando al jefe del establecimiento, estoy buscando a...” mira en una carta que saca del maletín “el señor... (y dice tu nombre)”. Extrañado, te temes lo peor. “Soy yo” le respondes. Un placer, señor... (pon aquí tu apellido), vengo de La Zarzuela, en nombre de Su Majestad el Rey de España. Él mismo me envía a entregarle esta carta personalmente.

Te entrega la carta. En un principio pensaste que era una broma de tu cuñado. Ayer mismo te dijo que te debía una por una jugarreta que le preparaste. Pero al notar la calidad del papel, el sello dorado de la casa real y lo profesional de todo descartas esa posibilidad. Esto parece un sueño. Con las manos temblorosas, rompes el sello, abres la carta y la lees.

Con palabras ceremoniosas, escritas a mano, te invitan a acudir mañana a una cena en La Zarzuela. Según lo que pone ahí, esa cena es en tu honor. Y lo más extraño y sorprendente es cuando ves que está firmada por el mismo rey. En tu mente se fragua la imagen del mismo monarca escribiéndote la misiva.

Al día siguiente acudes en transporte público al Palacio Real, te da vergüenza acercarte con tu penoso coche. Con el traje de la boda de tu primo, vas a paso ligero, te impresionas según entras por las fastuosas puertas. Allí, un hombre con el uniforme de servicio en seguida te reconoce, te da la bienvenida y te acompaña a un enorme comedor. Jamás estuviste en un sitio tan lujoso. Los retratos de los antiguos monarcas que tanto te afligieron en las clases de historia en el instituto ahora te miran amables. Notas como hay una mesa preparada. Una mesa para solo dos comensales. La chimenea, apagada, es una auténtica obra de arte. Te acercas, sobre el hogar hay algunas fotos de la familia. Entonces descubres la foto que está en el medio de todas ellas. ¡Es la tuya!. No alcanzas a entender el porqué.

“¡Hombre, ya estás aquí!” Juan Carlos I aparece por una de las entradas al comedor. Cuando le miras, te extrañas aún más. Encima del traje, lleva un mandil. Entra conduciendo un carrito metálico. “Veo que has visto la foto, es de hace un par de años ya, ¿no?” Acerca el carrito a la mesa y te acompaña a la chimenea. “Si señor” es lo único que puedes decir.

Esa noche, tendrás oportunidad de hablar con el rey, descubrirás que él mismo ha cocinado tu cena, que realmente te aprecia, que él se ha preocupado de tenerte cerca, se ha interesado por ti.

¿Qué os parece? La verdad es que es un poco estúpido imaginarse esto, ¿no?. Está claro que esto es imposible y que nunca llegará a ocurrir. ¿O sí?

No se si será posible que el Rey de España te invite a cenar, se preocupe personalmente por ti, se ponga el uniforme de servidumbre y conduzca el carrito con tu cena. Pero esto sí ocurrió con el Rey del Universo. Dios mismo, el monarca de todo, el Señor de todos los señores te ha invitado personalmente, se ha acercado a ti, se ha puesto el uniforme de siervo, con sus propias manos ha escrito tu invitación de su puño y letra, usando su propia sangre como tinta, se ha humillado hasta la muerte, ha conducido el carrito con tu cena. Y todo esto lo ha hecho por ti, para que tú pudieras un día estar cenando con Él. Para que hoy en día puedas tener una relación personal con el soberano.

martes, 21 de junio de 2011

El burro

Hace unos años, había un padre y su hijo que viajaban con su burro desde su pueblo a otro para mostrárselo a un posible comprador.

El caso es que el camino era bastante largo y, para que el burro no se cansase demasiado, decidieron que irían andando. De esta manera el asno llegaría bien lustroso y sano para que lo viera el comprador.

Cuando pasaron por el primer pueblo de su ruta, todo el mundo se paraba y les miraba descaradamente. Vieron que la mayoría se reía entre dientes. Escucharon algunos que cuchicheaban con sus compañeros diciendo: “¿habéis visto este par de pringaos? Van con un burro el padre y el hijo, el par de tontos y ninguno va montado en él, seguramente sean tan tacaños que tengan miedo de desgastar al burro, ¡vaya par de idiotas!”

El padre, humillado, pensó que la gente podría tener razón y que quizá debería ir montado su hijo en el burro para que se cansase menos el niño y así el burro tampoco llegaría demasiado fatigado. Así que agarró al chico y lo subió al burro para continuar su travesía.

En el siguiente pueblo que cruzaron, iba el padre guiando al animal y el chico subido encima. También vieron que todo el mundo se les quedaba mirando, pero esta vez no se reían, esta vez eran miradas inquisitorias las que atravesaban a los paseantes. Escucharon las conversaciones de alguno, “Pues no tiene poca vergüenza el chico, el pobre padre andando y el joven tan feliz y tan contento subido encima del burro. Hace falta ser desgraciado para tener al padre andando con el calor que hace.”

Cuando hubieron atravesado el pueblo, el padre pensó que quizá tenían razón, así que bajó al crío del burro y se subió él. Así llegaron al tercer pueblo.

Cuando lo anduvieron cruzando, también todo el mundo se paraba y les miraba, esta vez las miradas eran más como exámenes. La cara de la gente era como una condena hacia el padre, mientras miraban con ternura al chico que guiaba al burro. “Menudo padre más desvergonzado, él va encima del burro tan contento, mientras el pobre crío tiene que ir andando. A saber de dónde vendrá el pobrecito andando mientras su padre va sentado, seguramente le irá riñendo y todo.”

El padre, ya seriamente cansado de las opiniones de la gente de los pueblos, decidió que, para que nadie se quejase en el siguiente, lo que haría sería montar también a su hijo en el burro, así nadie iría andando y no tendrían motivos para juzgarle por nada.

Cuando llegaron, aún las miradas eran peores. Parecía como si, de pronto, todo el mundo odiase a ese hombre. “¡Habrase visto!, ¡vaya par de zánganos!. Pues ¿no van los dos tan felices y tan contentos subidos a lomos del pobre burro y el pobre animal no puede ni respirar?. ¡Más les valdría tener un poco más de vergüenza y dejar al asno vivir en paz!.

Cuando el hombre con su hijo y el burro hubieron llegado al fin a su destino, habían aprendido una valiosísima lección. Si lo que intentas al hacer algo es agradar a la gente, no seguirás lo que tú piensas que es mejor, y hagas lo que hagas, jamás tendrás a todos contentos.

lunes, 20 de junio de 2011

Muy buenas a tod@s

Hoy no me apetece mucho pensar, la verdad. El caso es que estoy metido ahora mismo en un montón de proyectos y cosas que quiero y debo hacer. Por lo menos me ha llegado la gratísima noticia que estaré trabajando los meses de julio y agosto en el campamento urbano, aunque aún tenemos que trabajar mucho más en otros planes que tenemos.

Estadísticas de visitas por países
Como podréis comprobar, hemos sobrepasado ya con creces las 12500 visitas, con una media que ya roza las 4000 visitas mensuales, así que me gustaría daros las gracias a tod@s l@s que hacéis esto posible. El pasado sábado fue el “día E”, la fiesta del idioma español en el mundo. Teníamos mucho que celebrar, la verdad. Ya somos el segundo idioma más hablado y más estudiado en el globo. Aprovechando esto, quiero dar las gracias a todos los que visitan mi humilde pajarería desde todo el mundo, sobre todo de Estados Unidos y Latinoamérica, aquí os dejo también las estadísticas para que veáis de donde se acercan a descubrir qué dice cada día el pajarero. El caso es que ya hemos llegado al punto en que nos visitan más amigos de fuera de España que de dentro, a lo cual yo solamente puedo sentirme agradecido y daros una mucho más que cálida bienvenida.

Hace poco me he puesto en contacto con una empresa de publicidad. Espero que no os moleste. El caso es que hace un tiempo recordaréis que eliminé los banners porque yo mismo veía que muchas veces aparecía publicidad que yo no consideraba para nada apropiada a la pajarería ni a ningún valor o pensamiento que yo quiero trasmitir, así que consideré inteligente eliminarlo, tampoco daba para tanto. Ahora, con esta nueva empresa, yo mismo puedo seleccionar la publicidad que tengo colgada, así que me parece una idea bastante buena. Os ruego que participéis pinchando en los enlaces, registrándoos en los sitios que sean gratuitos o lo que sea menester, a vosotros no os cuesta nada y ahora mismo me encuentro en uno de esos momentos en que no me vendría nada mal una ayudita. Este nuevo anuncio que he colocado a la izquierda, por ejemplo, con solamente registraros, entraréis en el sorteo de 100€ al día (creedme que estas cosas tocan, a mi hace unos años me tocaron 200€ en este tipo de anuncios) y de paso con cada registro me dan 1€, que la verdad es que no me viene nada mal.

Pues eso, pasad todos una muy feliz semana, semana en que recibimos al verano, mañana habrá más y mejor.

jueves, 16 de junio de 2011

¿Por qué no les dejamos en paz?

Ahmed es un nigeriano de 35 años. Durante toda su vida, ha vivido en casa de sus padres, y después en la suya propia de la manera más digna posible. Jamás le había faltado trabajo que hacer ni pan que llevarse a la boca.

Desde que se casó con Yasmín, habían prosperado. Cuando contrajeron matrimonio, tenían una vaca, un pequeño terreno para sembrar hortalizas y una casa que el mismo Ahmed construyó con sus manos al lado de la casa de sus padres. Habían llegado a tener 5 vacas, comprar otro terreno para otro pequeño huerto y habían ampliado su hogar para acoger a los 2 niños y las 3 niñas que ahora tenían que alimentar. No tenían para comprar un coche, ni para poner agua ni luz en su casa. No tenían para mandar a sus hijos a la universidad ni para comprarles una videoconsola. Pero tenían para vivir. Tenían para garantizar un futuro a sus hijos, probablemente no ganarían un premio nobel, pero sí tendrían para darles lo suficiente para comenzar sus nuevas vidas cuando se casaran, como con ellos habían hecho sus padres.

Con la leche de las 5 vacas, podían comprar el resto de los alimentos para sobrevivir, y sobraba, también de ahí daban a una vecina que les fabricaba ropa para todo el año. Los huertos daban para poder comprar otras cosas, incluso algunos caprichos. Cada viernes, para celebrar el día de oración, se permitían comer pollo. Incluso algunos viernes podían comer cordero.

Entonces fue cuando unos señores pálidos de tierras lejanas decidieron que esta pobre gente necesitaba ayuda. Les enviaron gratuitamente miles de kilos de leche en polvo, entre otras muchas provisiones para paliar su hambre.

De pronto, Ahmed se vio obligado a competir con un enemigo que regalaba la leche. No era tan buena como la suya, pero ya nadie compraba su leche teniéndola gratis. Para alimentar a su familia tuvo que vender una vaca, pero eso solo llegó para las primeras dos semanas. En pocos meses ya no tenía ninguna vaca. Después tuvo que vender un huerto, después el otro.

Ahora Ahmed no tiene nada. Necesita la ayuda de estos señores pálidos para sobrevivir. Señores pálidos que para nada están interesados en su supervivencia, ni en la suya ni en la de ninguno de sus compañeros.

Foday era un pequeño comerciante de un precioso valle de Sierra Leona. Tenía 30 años y aún seguía soltero. Argumentaba que con la vida que llevaba no podría convivir con una mujer, sin aceptar que nunca fue un don Juan. Pero el caso es que tenía un par de hijos en dos aldeas cercanas por donde hacía la ruta.

Con una carreta tirada por un mulo, recorría los escasos 10 kilómetros que separaban las dos aldeas donde trabaja en la región de Rubum. Diariamente dos veces. Solía llevar pequeños animales como perros o pollos, o frutas, u hortalizas. Lo que fuera con tal de poder ganar algo de dinero para tener algo que llevarse a la boca. No tenía casa, dormía en el carro cada noche, donde había preparado un pequeño tejadillo para aguantar las lluvias.

Y un día, después de muchos años, vio un hombre blanco. Desde que era pequeño no veía ninguno. El caso es que desde ese día, vio muchos más. Según se enteró por medio de un amigo, los hombres blancos estaban interesados en los diamantes de las montañas, darían mucho dinero por ellos. Enriquecerían la tierra.

Foday ya se veía transportando diamantes en lugar de perros. Tendría un coche como los ricos, en lugar del viejo carro. Tendría una gran casa con una preciosa mujer y varios hijos legítimos.

Pero aquellos diamantes no trajeron lo que Foday esperaba. Para empezar, él jamás vio un león de los diamantes. Pero lo peor estaba por llegar.

La histeria colectiva por los diamantes no tardó en explotar. Seguida por una guerra civil para luchar por el control de las minas y de los medios de distribución. Un día, según hacía su ruta convencional, Foday contempló sorprendido cómo una bala mató a su caballo, a los pocos segundos, unos pocos hombres bajaron por la colina rifle en mano apuntándole. Le obligaron a hacerse soldado, a matar a otros por unas piedrecitas brillantes.

Dos semanas fue un soldado. Porque después de ese tiempo, cuando iban a tomar uno de los pueblos en los que él había trabajado, se encontró con que estaba siendo defendido por otro grupo de soldados, probablemente también forzosos, entre los que se encontraba su pequeño hijo de 6 años con un rifle más grande que él y el pecho recubierto de ristras de balas.

Cuando le tuvo a tiro, no apretó el gatillo, bajó el arma y fue la bala de su “superior” el que le atravesó la cabeza, por no asesinar a su hijo, por no anteponer los diamantes del hombre blanco a la vida de su vástago.

Estas dos historias son inventadas, pero están basadas en las historias de miles y miles a lo largo y ancho de todo África. Posiblemente ellos podrían estar mejor, podrían apañárselas de otra manera y convertirse en el ideal de dignidad, prosperidad y democracia que nosotros somos (o, al menos, eso dicen). Pero lo que está claro es que cada vez que hemos intentado meter las zarpas en sus tierras, solamente ha sido para muerte y para miseria. A lo que yo me pregunto muy seriamente, ¿por qué no les dejamos en paz?

miércoles, 15 de junio de 2011

Árbitros apostando

Bueno, llevo un rato intentando meter un vídeo en la entrada pero no soy capaz de conseguirlo con uno que no sea de "youtube", así que os dejo el link para que lo veáis. Os aseguro que merece la pena. Ya me comentaréis qué os parece.

¡Ah! Por favor, pulsad en la publicidad a ver qué tal se da. Que no os cuesta nada.

¡Hasta mañana!

Agencias que se lucran con la crisis.

martes, 14 de junio de 2011

El condado de Stonebridge

En el próspero y rico condado de Stonebridge llegó, despues de muchos años de abundantes cosechas, una temporada de mucha hambre. Los impuestos que los campesinos tenían que pagar a su señor, el conde Lord Completon, se habían hecho tan gravosos que las familias, desesperadas, se habían visto en la obligación de vender sus pocas pertenencias para poder seguir adelante. Ya ni las casas donde vivían eran suyas.

Hubo algunos pocos que habían guardado algo de grano para un momento como este, lo que hizo que pudieran subir el precio de lo poco que había ante la gran escasez de los alimentos. Las familias más pobres, ni aún habiendo vendido todas sus posesiones a su señor, tuvieron para alimentarse. Pero el verdadero problema llegó cuando vino el día en que tenían que pagar sus impuestos a Lord Completon por utilizar sus campos, por usar sus molinos, por beber de sus ríos, por cruzar por sus puentes, por vivir en sus casas.

Muchas familias estaban desesperadas con solo pensar en enfrentarse a la mirada inquisitoria del Lord. Él les reclamaría su dinero, y la mayoría de ellos no tenían ni para alimentar a sus pequeños, cuánto menos para pagar el arrendamiento de un año entero de todo lo que antaño les mantenía. Hubo algunos que incluso llegaron a ahorcarse para no tener que afrontar la cruda realidad. Todos se imaginaban al Lord con su mirada cruel, disfrutando mientras veía como su pueblo moría de inanición, sonriendo mientras imaginaba los azotes que ordenaría dar a todos aquellos que no pagasen.

Y llegó el día. El primer sábado de septiembre, recién terminada la temporada de verano, temporada que nada dio a los habitantes de Stonebridge más que miseria. Cuando las primeras luces del alba sacaron del sopor a los súbditos de Lord Completon, en la puerta de la iglesia había una nota clavada. Poco a poco, todos, calladamente, se acercaron a leer lo que, seguramente, sería su sentencia de muerte, para ellos y para todas sus familias.

Todos y cada uno de los que lo leían se quedaban perplejos. En la nota informaba que el noble había visto los sufrimientos de su gente y que, por lo tanto, había decidido perdonar todas las deudas a todos aquellos que así lo desearan. Y no solamente eso, sino que había decidido que también a quienes perdonara les entregaría en propiedad sus viviendas y una porción de campo suficiente para poder subsistir con sus familias sin problemas. Solo pedía una condición, y es que debían pasarse esa misma tarde, entre las 4 y las 5, por su despacho en el castillo del Lord.

Aquello formó un revuelo entre los ciudadanos que la ciudad parecía un gallinero más que un pueblo sumido en la miseria. Parecía que estaban todos de fiesta. La felicidad les había embargado. Entonces, poco a poco, un pequeño sector comenzó a contagiar al resto de pesimismo. “Seguramente sea una trampa” decían, “yo creo que el Lord se estará partiendo de risa ahora mismo, ¿cómo nos va a perdonar todo?”. “Se arruinaría”. “No tiene sentido”. “Yo escuché que pasó algo así en el pueblo de mi madre y lo que hizo el señor es matar a quien se presentara”. Y así, poco a poco, perdieron la ilusión, lo que convirtió la alegría en miedo o en pasotismo.

Llegó el momento, las 4 de la tarde. Una gran multitud se agolpaba a las puertas del castillo de Lord Completon. Un pobre campesino, Kent, llegó a la aglomeración de gente. “¿Quién es el último?” preguntó. “¡Ah! ¿que tú piensas entrar?” le respondió el líder del gentío. “¡Claro!, ¿cómo no voy a entrar? Mi casa es del Lord, no tengo tierras, mis hijos se mueren de hambre. Seguramente vosotros tenéis mucho miedo, pero yo no tengo nada que perder.” “Estupendo”, el líder alzó la voz para que todos le oyeran, “entonces entra, y si es verdad esto que dice en la nota, sales y nos lo dices para que nosotros también podamos disfrutarlo.” Kent asintió levemente con la cabeza mientras penetraba por las grandes puertas del castillo rumbo a su destino.

Lord Completon esperaba sentado en su sillón de piel a que la avalancha de súbditos reclamara las promesas que él les había hecho. De pronto, una sombra se vislumbró por debajo de la puerta de su despacho. La golpeó tímidamente. “¿Lord Completon?”, era el joven agricultor, Kent. “Sí, estoy aquí. Pase, pase.”

El muchacho pasó adentro con la cabeza agachada. Estaba entrando delante de su señor como un auténtico pordiosero, pero el caso es que no podía presentarse de otra manera, no tenía otras ropas.

“Así que tú eres Kent, ¿verdad?.” El súbdito afirmó con la cabeza, la verdad es que estaba muerto de miedo. “Pues bien, mi joven amigo, siéntate en esa silla, por favor.” El chico se sentó tan dignamente como pudo. “Aquí tengo datos de todo lo que me debes, que cultivas mis tierras y vives de ellas, que habitas, con tu familia en una casa de mi propiedad, que, de hecho, el año pasado no terminaste de pagarme los impuestos, que usas mis puentes, mis molinos, incluso tengo datos de alguna vez que cazaste en mi coto.” Kent ya se temía lo peor. “Pero yo también he visto tu desgracia con toda esta hambruna, he visto que apenas tenías para alimentar a tus preciosos hijos, ni a tu mujer, he visto como cada noche, llorando, ibas a buscar algo por los campos para que los tuyos no murieran de hambre. Así que he tomado una decisión. Desde ahora la tierra que cultivas, más otra semejante de entre lo que rodea mi castillo será tuyo, que remodelaré tu casa para que puedas vivir dignamente con tu familia y te la entregaré en propiedad, que cada vez que necesites algo, podrás venir a pedírmelo, y yo te lo daré, sea lo que sea. He decidido que haré misericordia de ti, Kent y de tu familia. He decidido que jamás, ni tú ni los tuyos, volveréis a pasar penalidades. Y, por supuesto, olvidate de todo lo que me debes. De hecho, hasta que pase esta hambruna, vendréis a comer a mi mesa.

El joven cabeza de familia no se lo podía creer. No solamente había cumplido con su palabra, sino que había añadido mucho más. No podía hablar, no podía expresar su agradecimiento a su señor.

“Tengo que pedirte otra cosa, mi joven amigo.” Lo que sea, trató de decir Kent mientras se levantaba para salir a anunciar a todo el mundo lo que les pasaría si entraban. “No salgas de mi despacho hasta que sean las 5. Quiero que, quien acepte mi misericordia, lo haga creyéndome a mi, y no a nadie más.” El chico se volvió, sonrió al Lord y se volvió a sentar en la silla donde estuvo hablando con Lord Completon hasta que se cumplió la hora, hora en la que nadie más entró a reclamar lo que decía en la nota.

Cuando salió por la puerta, la cara de Kent era todo felicidad. Los que esperaban fuera le preguntaban todos a la vez. El chico solo pudo decir una cosa “todo es verdad, y mucho más”. Y con las mismas, se fue corriendo a dar las buenas noticias a su familia.

Entonces, todo el mundo entró en razón. Supieron que debían entrar a recibir lo que les ofrecía su señor. Pero, cuando llegaron a la puerta del despacho, ya estaba cerrada, Lord Completon se había ido. Su oportunidad había pasado. Habían podido recibir todo de gratis. Y no lo hicieron por dejarse llevar por el pesimismo de unos pocos, por no creer en la buena voluntad de su señor. Por no creer en Él.

lunes, 13 de junio de 2011

Cuando se deja a Mahoma atrás

"¿Crees en el Señor Jesucristo como único y suficiente salvador?", pregunta, con voz firme, el pastor José Luis Fernández. "Sí", contesta en el mismo tono el creyente, y se deja sumergir en la pila bautismal del tamaño de una pequeña piscina.

Esta modalidad de bautismo se repite cada domingo en las parroquias evangélicas de España, pero la que se desarrolla en Les Roquetes de San Pere de Ribes (Barcelona) es especial: el bautizado se llama Mohamed Karami, ingeniero industrial de 37 años, y es un inmigrante marroquí. "Es el primer exmusulmán al que bautizo", señala orgulloso José Luis.

Con la camiseta blanca empapada, Karim se dirige al micrófono y toma la palabra. Habla de las "muchas etapas" de su vida, de la "curiosidad" que sintió por la religión de su mujer, que es latinoamericana, y por fin, de ese año 2008 en el que "ocurrió algo muy especial". "Tuve un encuentro con el Señor". "Le entregué mi vida". "Fue mi nueva fecha de nacimiento", concluye.

El centenar de fieles, en su mayoría españoles, que abarrotan el templo irrumpen a aplaudir al tiempo que en la pantalla de un televisor aparece la letra de unos cánticos que entonan con entusiasmo.

Los más enardecidos, los que más palmotean al ritmo de la música, son dos pastores, Hassan, de Alhucemas (Marruecos), y Said de Cabilia (Argelia), muy dedicados a la inmigración.

Entre los fieles hay también dos marroquíes que, como Mohamed, renunciaron al islam para convertirse hace años al cristianismo y dos chicas jóvenes de Tánger que, según cuentan, han acudido "por curiosidad".

Son advertidas de que en el templo hay un fotógrafo y un periodista les buscan afanosamente. "Por favor, que no salgan nuestros nombres ni nuestros rostros en el periódico", nos ruegan. "Podríamos tener problemas con nuestra familia si se entera", aseguran.

Mohamed, el bautizado, tampoco le ha contado a su madre, de 73 años -su padre militar falleció durante la guerra del Sáhara Occidental- su conversión. "Algún día iré a Marraquech, se lo diré y lo acabará aceptando", afirma.

"Hay países musulmanes que prevén la pena capital para los que hacen apostasía, pero incluso en los que no estipulan ese castigo, la conversión significa la muerte civil del converso", sostiene el periodista cristiano libanés Camille Eid, autor del libro Cristianos llegados del islam, publicado en 2006 en Italia. "De ahí que hasta los inmigrantes sean remisos a declarar su nueva fe".

Mohamed recuerda que cuando se empezó a acercar al cristianismo, a través de su suegra, le "gustó que se pudiera orar cantando con alegría". "A nosotros, los musulmanes, nos cuesta mostrar nuestros sentimientos", se lamenta. "El bautizo es para mí anunciar que crees y que has entregado tu vida al Señor".

La pasión que muestra Mohamed sorprende. "Los conversos deben superar tantas trabas psicológicas y hasta jurídicas que su envite es auténtico y entusiasmado", precisa Camille Eid.

Mohamed tiene claro por qué se ha hecho evangélico y no católico: "No puedo aceptar que deba haber un intermediario entre Dios y yo". La mayoría de los exmusulmanes conversos al cristianismo optan por el evangelismo por razones más pedestres: sus pastores hacen mucho más proselitismo que los sacerdotes católicos.

Said, el pastor argelino, por ejemplo, consagra las tardes de los sábados a reunir en una iglesia metodista de la calle de Aragón de Barcelona, a una decena de conversos como él con otros tantos inmigrantes marroquíes que "quieren saber en qué consiste nuestra religión".

En torno a una modesta merienda, los primeros cuentan sus experiencias, los segundos, preguntan. "Cristo nunca dijo que no te van a mirar mal por seguirle", les explica Said. "No hay que dejarse intimidar", prosigue. "Hay que levantar alta la bandera". "Las batallas se ganan con la palabra y no con los fusiles". "Y la palabra es Cristo". Después lee la Biblia y por último los conversos rezan en árabe y español.

¿Cuántos musulmanes se convierten al año al cristianismo en España? No hay ninguna estadística. En Francia, donde la comunidad musulmana es más numerosa, se estima que son unos 600. En España son menos, muchos menos en todo caso que el número de españoles que se hacen musulmanes y que además lo proclaman. Lógico, según Camille Eid, "porque en el islam solo hay una puerta de entrada, pero no de salida".

El País, IGNACIO CEMBRERO, Lunes, 13/6/2011

viernes, 10 de junio de 2011

El vaso de barro

Probablemente, aquellos que me conocéis, opinaréis que todo esto que estoy compartiendo con vosotros acerca de mi fe, me queda grande. Y la verdad es que es así.

Estoy defendiendo un modo de vivir al que aspiro pero que está muy lejos de ser el que experimento día a día. Estoy hablando de un Dios tan inmenso, tan enorme, tan inalcanzable que ni yo mismo llego a entenderlo plenamente. Son tantas las ocasiones en que veo que estoy fallando en términos humanos que cuando me pongo a pensar en la justicia de Dios, ciertamente me da vértigo.

Pero, por otra parte, me alegro que sea así. Está claro que me gustaría ser más capaz de poder mostrar mi esperanza por medio de mi propia vida de una manera mucho más clara, y creedme que estoy en ello, pero de esta manera puedo afirmar que la gloria es para Dios por lograr hacer algo conmigo, y no mía, porque aseguro con toda sinceridad que yo no puedo, que yo no sé.

En la segunda carta de San Pablo a la iglesia en Corinto capítulo 4 versítulo 7 dice: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. Este mensaje tan importante es dejado en manos de alguien tan sumamente imperfecto como yo.

Por esto precisamente me gustaría aprovechar la entrada de hoy para, sencillamente pediros perdón por la cantidad de veces que dejo ver lo malo que hay en mí en lugar de hacer ver al Dios que me impulsa, por cada ocasión en que doy preferencia al pobre barro que yo soy, a las grietas, a la pintura rota, al asa partida en lugar de centrarme en el tesoro tan valioso, en el Dios de mi vida.

Así que, con toda sinceridad os digo, yo no soy perfecto, aún demasiado me falta para lograrlo. Pero no toméis en cuenta demasiado el barro destrozado, intentad ver más adentro, intentad buscar el tesoro que aguarda en el interior.

jueves, 9 de junio de 2011

El Cielo III: Regreso al pasado

Cuando hablo del Cielo, me estoy refiriendo al lugar donde los redimidos por la sangre de Cristo pasarán la eternidad una vez todo haya acabado. En este sentido me refiero al plan maravilloso que Dios tiene para los que confían en Él. Y, para empezar a imaginarme cómo será este lugar, creo que lo más inteligente es pensar en aquel lugar, descrito en la Biblia, donde Dios convivía con aquellos que confiaban en Él. Porque si pretendemos saber cómo será el último lugar que Dios ha preparado al hombre, tendremos que empezar por el primero de todos ellos, el Paraíso.

Antes de nada me gustaría dejar claro que esta es mi opinión personal, a la conclusión que yo sinceramente he llegado. Me parece lógico el buscar la verdad del plan perfecto de Dios para el futuro en su voluntad para su plan perfecto en el pasado. Porque parto de la base que Dios nunca cambia.

En el capítulo 2 del libro de Génesis se nos hace una presentación del lugar que Dios hizo para que habitaran en él Adán y Eva, los dos primeros humanos. Y me gustaría centrarme más en las órdenes que estos dos personajes recibieron de Dios, lo que YaHWeH les mandó hacer cuando aún estaban dentro de su perfecta voluntad.

Antes de describir este vergel, en el primer capítulo del mismo libro, la pareja recibe una serie de indicaciones. La primera es que fructifiquen y se multipliquen. Esta norma es completamente lógica en su tiempo, pero no tengo tan seguro que pueda extrapolarse al Cielo, por la sencilla razón que entonces solo eran dos, en el Cielo seremos millones de millones, si además le sumamos que no existirá la muerte, creo bastante lógico que no haya reproducción, por una sencilla razón logística.

Les dice que sojuzguen la tierra, que sean sus autoridades, que ha puesto toda la creación bajo su responsabilidad. De aquí podemos ver, no solamente que tenemos autoridad sobre la creación, sino que somos responsables de ella, es decir, y esto viene muy bien recordarlo, Dios nos pedirá cuentas de la destrucción natural que generemos con nuestra negligencia. Esto no creo que cambie durante la eternidad, seguiremos teniendo autoridad (para cuidar, no para destruir) sobre todo lo creado. Todo lo que existe será para que comamos y para que bebamos. Aquí se incluye algo. Trabajo.

Dios nos creó para trabajar. La meta del ser humano no es sentarse a ver la televisión. Fuimos creados para tener actividad. No estoy hablando de la obligación de trabajar de sol a sol para conseguir agradar a Dios, estoy hablando de nuestra biología. Estamos diseñados para ser activos. Todos estamos viendo la cantidad de problemas de salud que actualmente se están derivando del sedentarismo en que vivimos. Y, por supuesto, no creo que sea una excepción en el Cielo. Aquí llegan las caras largas, ¿cómo?. ¿Me dijiste que esta visión del Cielo nos iba a gustar y ahora nos dices que hay que trabajar?. Pues sí. ¿Alguna vez has estado desempeñando alguna tarea de algún tipo, acompañado de gente que aprecias y pasándotelo realmente bien?. Pues a eso me refiero. Porque habrá trabajo, sí. Pero no habrá sufrimiento, ni habrá dolor, ni esfuerzo. Todo eso vino después de que fueran expulsados del Huerto. Antes no había ningún dolor, no había nada malo en trabajar. Era un disfrute, una diversión. El hecho de trabajar les daba un entretenimiento, era un motivo para sentirse satisfechos de su propia labor bien hecha. Puede ser que sea complicado entenderlo para nosotros, que además de haber experimentado casi exclusivamente la parte mala de trabajar, somos españoles. Pero el caso es que, en su esencia, el trabajo es algo bueno.

La última apreciación que quiero hacer sobre el Edén que puede ayudarnos a entender lo que espera en el Cielo, es el hecho de ver que nuestros dos amigos tenían una relación personal con Dios. Cada día paseaban con su creador. No sé lo que puede ser eso. Seguramente habréis tenido la oportunidad de sentaros al lado de alguien cuya compañía y conversación son tan interesantes que os habríais tirado horas y horas escuchándolos y estando con ellos. Puede ser que fuera por su sabiduría, por su forma de hablar, por la manera tan profunda en que os conocen, porque junto a ellos os sentís amados. Pues bien, imaginaos pasear cada día con el ser más sabio del universo, infinitamente más que cualquier erudito que podamos conocer, con una oratoria impresionante, las palabras más bellas salen de su boca como un manantial de aguas cristalinas, refrescantes. Imaginaos que este ser además os conoce tan bien que, de hecho, Él mismo os creó, cada detalle es obra de sus manos y por último, imaginaos que aquel con quien paseáis cada día es alguien que os ama hasta tal punto que no dudó un momento en dar su vida por ti aún cuando tú le odiabas. Sumando todo esto e imaginándonos tener una relación con Él tan estrecha que cada día quedáis para pasar tiempo juntos, podemos saber, levemente, como será esta experiencia que tenían Adán y Eva.

Viviremos en un lugar impresionante, tendremos autoridad en este lugar, tendremos que trabajar, pero de una manera preciosa, satisfactoria, y por último, viviremos diariamente la experiencia más maravillosa que el hombre pueda experimentar, escuchar sabiduría de la boca del creador, conocer los secretos del universo contados por el Todopoderoso, comprenderemos, paseando de su mano, cuan amados somos.

miércoles, 8 de junio de 2011

Cediendo el paso. O no

Arturo Pérez-Reverte
Una de las cosas que estamos logrando entre todos es el desconcierto absoluto en materia de corrección política. El bombardeo de estupidez mezclada con causas nobles y la contaminación de éstas, los cómplices que se apuntan por el qué dirán, la gente de buena voluntad desorientada por los golfos -y golfas, seamos paritarios- que lo convierten todo en negocio subvencionado, la falta de formación que permita sobrevivir al maremoto de imbéciles que nos inunda, arrasa y asfixia, ha conseguido que la peña vague por ahí sin saber ya a qué atenerse. Sin osar dar un paso con naturalidad, expresar una opinión, incluso hacer determinados gestos o movimientos, por miedo a que consecuencias inesperadas, críticas furiosas, sanciones sociales, incluso multas y expedientes administrativos, se vuelvan de pronto contra uno y lo hagan filetes. 

Voy a poner dos ejemplos calentitos. Uno es el del amigo que hace una semana, al ceder el paso a una mujer -aquí sería inexacto decir a una señora- en la entrada a un edificio, encontró, para su sorpresa, que la individua no sólo se detuvo en seco, negándose a pasar primero, sino que además, airada, le escupió al rostro la palabra «machista». Así que imaginen la estupefacción de mi amigo, su cara de pardillo manteniendo la puerta abierta, sin saber qué hacer. Preguntándose si, en caso de tratarse de un hombre, a los que también cede el paso por simple reflejo de buena educación, lo llamarían «feminista». Con el agravante de que, ante la posibilidad de que el supuesto varón fuese homosexual -en tal caso, quizá debería pasar delante-, o la señora fuese lesbiana -quizá debería sostenerle ella la puerta a él-, habría debido adivinarlo, intuirlo o suponerlo antes de establecer si lo correcto era pasar primero o no. O de saber si en todo caso, con apresurarse para ir primero y cerrar la puerta en las narices del otro, fuera quien fuese, quedaría resuelto el dilema, trilema o tetralema, de modo satisfactorio para todos. 

Pero mi drama no acaba ahí, comentaba mi amigo. Porque desde ese día, añadió, no paro de darle vueltas. ¿Qué pasa si me encuentro en una puerta con un indio maya, un moro de la morería o un africano subsahariano de piel oscura, antes llamado sintéticamente negro? ¿Le cedo el paso o no se lo cedo? Si paso delante, ¿me llamará racista? Si le sostengo la puerta para que pase, ¿no parecerá un gesto paternalista y neocolonial? ¿Contravengo con ello la ley de Igualdad de Trato o Truco? ¿Y si es mujer, feminista y, además, afrosaharianasubnegra? ¿Cómo me organizo? ¿Debo procurar que pasemos los dos a la vez, aunque la puerta sea estrecha y no quepamos?... Pero aún puede ser peor. ¿Y si se trata de un disminuido o disminuida físico o física? ¿Cederle el paso o la pasa no será, a ojos suyos o de terceros, evidenciar de modo humillante una presunta desigualdad, vulnerando así la exquisita igualdad a que me obliga la dura lex sed lex, duralex? ¿Debo echar una carrerilla y pasar con tiempo suficiente para que la puerta se haya cerrado de nuevo cuando llegue el otro, y maricón, perdón, elegetebé el último?... Por otra parte, si de pronto me pongo a correr, ¿se interpretará como una provocación paralímpica fascista? ¿Debo hacer como que no veo la silla de ruedas?... O sea, ¿hay alguien capaz de atarme esas moscas por el rabo? 

Y bueno. Si a tales insomnios nos enfrentamos los adultos, que supuestamente disponemos de referencias y de sentido común para buscarnos la vida, calculen lo que está pasando con los niños, sometidos por una parte al estúpido lavado de cerebro de los adultos y enfrentados a éste con la implacable y honrada lógica, todavía no contaminada de gilipollez, de sus pocos años. El penúltimo caso me lo refirió una maestra. Un niño de cuatro años había hecho una travesura en clase, molestando a sus compañeros; y al verse reprendido ante los demás, un poco mosca, preguntó quién lo había delatado. «Fulanita, por ejemplo -dijo la maestra señalando a una niña rubia y de ojos azules-, dice que eres muy travieso y no la dejas trabajar tranquila.» Entonces la criatura -cuatro años, insisto- se volvió despacio a mirar a la niña y dijo en voz baja, pero audible: «Pues le voy a partir la boca, por chivata». Escandalizada, la maestra le afeó la intención al niño, diciendo entre otras cosas que a las niñas no hay que pegarles nunca, etcétera. Que eso es lo peor del mundo, lo más vil, cobarde y malvado. Y entonces el enano cabrón, tras meditarlo un momento, muy sereno y muy lógico, respondió: «¿Por qué? ¿Es que no son iguales que los niños?».


Arturo Pérez-Reverte.  XLSemanal - 02/5/2011

martes, 7 de junio de 2011

El Cielo II: Lo que NO es

Para mi sorpresa, una de las entradas con mayor acogida ha sido la del pasado jueves 26 de mayo, “El Cielo”. En ella me limitaba a denunciar la falsedad del concepto celestial que tenemos que aparece en la Biblia y afirmaba que “lo que esperemos del futuro va a determinar absolutamente la manera en que vivimos el presente.” Hoy me gustaría ahondar aún más en lo que no es el Cielo, para otro día continuar afirmando lo que sí es.

Es bastante probable que todo esto que yo os estoy contando os recuerde bastante al pasado. A mi me lo recuerda. Porque todos tenemos el recuerdo del uso que se hacía del Cielo en la Edad Media, por ejemplo, o incluso hasta hace no mucho tiempo.

El hecho es que durante toda la historia, se ha usado la afirmación que me llevó al estudio de mi esperanza para justificar la injusticia. El caso es que, si lo que pase en esta vida no es tan importante porque tenemos que centrarnos, con el miedo en los huesos, en lo que ocurra en el futuro eterno, entonces debemos aceptar lo que nos toque vivir en esta vida con resignación estoica. Da igual si el noble de turno viola a mi mujer, no importa si la iglesia me está sangrando inmisericordemente, tengo que aceptar con gratitud que los más poderosos pisen a los débiles porque, a fin de cuentas, esto no vale de nada, y cuanto más “cristianamente” acepte mi funesto destino terrenal, más feliz y dichoso seré en el próximo, el verdadero destino, el celestial.

A esto no me estaba refiriendo cuando hablaba de que mi esperanza sea un motor en mi vida, o que cuanto más sea consciente del futuro una vez muerto más cambie mi forma de ver la vida. A esto no se refería San Pablo cuando habla de “la gloriosa herencia entre los santos”, a esto no se refería Jesús cuando afirmaba que iba a preparar un lugar para nosotros. Porque cualquier idea, por buena, pura o sacrosanta que sea es deplorable cuando se usa para tratar de obtener un beneficio personal e ilegítimo. De la misma manera que reprocho a los que usaban (y usan, supongo que recordaréis al sacerdote que vendía parcelas en el Cielo) la esperanza de un futuro glorioso, lo hago con aquellos que tratan de usar la religión como un negocio, la Biblia como reclamo para engordar sus bolsillos (cuidado, no estoy hablando de gente que se gana la vida trabajando con su base puesta en la Biblia, sino en aquellos que la usan para ganar dinero, trabajar para el dinero, y no para el Dios de esa Biblia). Como ya he afirmado en otras ocasiones y jamás me cansaré de decir, que yo sea cristiano y acepte lo que diga la Biblia, no quiere decir que acepte, ni mucho menos, todas las barbaridades que se han hecho y dicho en nombre de mi Dios o de Su palabra.

El Cielo es un lugar maravilloso, del cual tenemos mucha información, aunque, obviamente, mucha también no la tenemos. Pero lo que sí que sé es que esta promesa de un futuro increíble de ninguna manera puede convertirse en una excusa para nada. Ni una excusa para hacer o dejar de hacer algo en esta vida, ni una excusa para que los demás tengan que resignarse. Es justicia el trabajar para buscar un futuro mejor, es justicia el denunciar aquellos actos de agresión ilegítima contra uno mismo o los suyos, es justicia el buscar en la Palabra de Dios para encontrar en qué nos han engañado durante siglos aquellos que teóricamente nos deberían guiar hacia él, es justicia que vosotros mismos busquéis la verdad para comprobar si yo mismo os miento. Sea como sea el Cielo, se basa en la justicia, y Dios mismo afirma que en ninguna manera tendrá por justo al injusto, así que usar su obra de una manera indebida es un atentado contra la misma esencia de Dios y de su obra.

Por otra parte, la grandeza futura del Cielo no debe hacernos olvidar del mundo en que vivimos. Es bueno, y de hecho yo mismo animo a ello y me aplico el cuento, el vivir la vida de tal manera que tengamos nuestros ojos puestos en la meta, pero no debemos olvidar que ahora vivimos aquí. Que existen muchas cosas que mejorar en este mundo.

Al principio os prometía que os iba a hablar de algo que no era el Cielo, pues bien. El Cielo será muchas cosas, todas increíbles. Pero una cosa que no es ni debe ser, una excusa.

lunes, 6 de junio de 2011

Dime cómo mueres y te diré quién eres

Lo que esperemos del futuro va a determinar absolutamente la manera en que vivimos el presente. “ Esta era la idea de la entrada del pasado jueves 26 de mayo, lo que quería trasmitir es que viendo la forma en que uno vive su tiempo, se puede determinar lo que espera de la próxima vida. Pero hoy quiero dar una vuelta más de tuerca.

Todos tenemos la imagen de la película de 300 en donde Leónidas afirma que sus hombres se quedarán a defender las Termópilas, incluso cuando ya era evidente que iban a perder aquella batalla. Queda reflejado en la mítica frase que pronuncia :”Espartanos, desayunad bien, porque esta noche cenaremos en el infierno.” Él ya sabía el final de todo aquello, no en vano, para los espartanos, la muerte en combate era todo un honor, ellos vivían con la esperanza de encontrar a algún luchador tan diestro que pudiera derrotarlos en combate. Para ellos, la lección es evidente, viendo la manera de morir de alguien, podemos extraer mucha información, no solamente de su vida sino de su esperanza futura.

Respecto a esto, quiero considerar un par de versículos, se encuentra en Mateo 20: 18-19. He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los principales de los sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; Y le entregarán a los Gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen; mas al tercer día resucitará.

Estas palabras las dijo Jesús al borde de comenzar la Semana Santa, los acontecimientos que se precipitarán hasta su muerte en la cruz. Jesús estaba en el camino que separaba Jericó de Jerusalén. Hay muchas cosas que se podrían decir acerca de estas palabras expresadas exactamente en estos momentos, pero yo quiero centrarme en algo. Jesús está expresando con asombrosa exactitud lo que le va a ocurrir, cuanto más se analice más detalles de lo que ocurrirá apenas unos días después salen a la luz, pero hay algo que me llama más la atención. Según la idea generalizada, Jesús fue traicionado por Judas, cayó en una trampa, se vio sorprendido y sobrepasado por los acontecimientos. Parece como si Cristo viniera a hacer algo al mundo, y al verse traicionado y condenado por los romanos, tomó la última opción, usar esa muerte para traer salvación.

Pues no, eso es mentira, aquí él mismo está diciendo cual era el plan, y lo está diciendo en un momento de buenos momentos, en Jericó les fue bien, él estaba con sus amigos, la gente le aclamaba, solo hay que ver la recepción que le hicieron cuando llegó a Jerusalén. Nada hacía sospechar ese final dramático.

Jesús no vino a enseñarnos un camino precioso de buenas obras y mentes transformadas, él no vino a traer el bien al mundo y fue sorprendido por una conjura diabólica que le llevó a la muerte, no. Él vino precisamente a morir en aquella cruz, para él no era una sorpresa, para él no era una maniobra desesperada para tratar de sacar partido a su situación. Todo el mundo estaba orquestado de tal manera que aquel sacrificio perfecto fuera posible. Nadie le robó la vida, sino que la puso voluntariamente. Y ni siquiera es algo que se preparase en el camino a Jerusalén, ni en el momento de su nacimiento o de su concepción virginal, ni se ideó con los reiterados anuncios y señales de este hecho que hubo en el Antiguo Testamento. Este plan ya estaba ideado con el crujido del mordisco a la fruta prohibida del huerto del Edén, cuando Adán y Eva fueron retirados del paraíso, ya estaba en marcha el plan. La espada ardiendo que les impedía llegar a la vida eterna era solo un trámite. Con esta muerte de Jesús, el descendiente de Set, el camino volvió a estar abierto, y la eternidad volvía a ser posible para el ser humano. El problema del pecado ya estaba solucionado. Jesús no fue sorprendido, él tenía un plan específico, y lo cumplió a la perfección. No había lugar para pruebas, para sorpresas, para vacilaciones. Él vino a morir, específicamente, él vino a desbrozar el camino al Cielo, él vino para que tú pudieras llegar al Creador. Todas las demás interpretaciones de su venida no solamente están en contra de la enseñanza del Libro, sino que no tienen ningún sentido. Porque sin un sustituto no podemos llegar al Dios perfecto e inmenso, porque intentar comprar a Dios viviendo una vida llena de bondad es demasiado presuntuoso y un insulto a su grandeza, porque el ser humano es tan malvado que no se puede salvar a sí mismo.

Si viendo la manera de morir de alguien podemos saber cómo es y qué espera del futuro, viendo la muerte de Cristo, podemos tener la seguridad de quién fue, quién es y quién será. Dios hecho carne.

viernes, 3 de junio de 2011

La historia de las cosas

The story of stuff (subtítulos en español) con Annie Leonard

Annie Leonard, es una estudiante de comercio internacional, desarrollo, sustentabilidad internacional, y salud ambiental que está a cargo del proyecto-documental The Story of Stuff ("La historia de las cosas").
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El video tiene una duración de 20 minutos (tres partes) y pone sobre la mesas temas importantes como recursos naturales, explotación, la industria, el sistema de consumo, el stress, el porque la tecnología avanza, y el sistema lineal en el cual vivimos, trabajar, comprar, explotar recursos, procesarlos, distribuirlos o la publicidad. Os aseguro que no os dejará indiferentes.





jueves, 2 de junio de 2011

Tecnología punta

Todos sabemos que, a pesar que el ser humano siempre ha soñado con volar, no logró la tecnología suficiente hasta el verano de 1883. Todos sabemos que hasta el siglo XVIII no se conoció, y mucho menos se aprovechó la corriente eléctrica. Todos sabemos que hasta que Edison inventara la bombilla, no se conocía fuente de luz más allá del fuego y el sol. Todos lo sabemos porque así nos lo han enseñado.

Como decía el otro día, tenemos el concepto que antes que viviéramos nosotros, el mundo estaba lleno de tontitos que apenas podían sobrevivir. Si nos adentramos en los albores de la historia, nos encontraremos a unos pobrecitos que viven en cuevas y cazan con palos, no les da para más.

Pues hoy quiero hablar de algo que puede hacer que cambie nuestra concepción del pasado. Comencemos por arriba.

Pájaro de Saqqara
En 1891, en la tumba de Pa-di-Amón, fechada en el tercer siglo a. C, se encontró un curioso juguete. Se trataba de una figura de madera que asemejaba un halcón. En sí no parecía gran cosa, seguramente se tratara de una veleta o de un simple juguete que perdió su capa de pintura con los años pasados. El problema llegó con el estudio que le realizó el egiptólogo Khalil Messiha. Según sus estudios, aseguró que ese artefacto tenía unas condiciones perfectas para volar, que su aerodinámica era sensacional, muy parecida a los aviones actuales. Lo único que echó en falta para que pudiera surcar los cielos sin problemas sería un estabilizador en la cola. Entonces, analizando el “Pajaro de Saqqara”, se encontraron una pequeña muesca en la cola trasera que podría ser perfectamente lo que un día unió al pájaro con su estabilizador. Messiha hizo una copia a escala del pájaro incluyéndole un estabilizador y aseguró que volaba, de hecho, en un túnel de viento, el resultado fue satisfactorio. Con una manera de lanzarlo a la suficiente velocidad y un ejemplar como el que se encontró pero varias veces más grande, el hombre pudo haber volado varios milenios antes de lo que nosotros pensamos.

Batería de Bagdad
En 1936, durante unas excavaciones en Kujut Rabua, cerca de Bagdad, se descubrió una vieja tumba cubierta de una losa de piedra. Allí, entre otros muchos objetos, se encontró una vasija de cerámica de 14 cm de alto por 4 de ancho. En su interior había un cilindro de cobre, fijado con asfalto a la embocadura del cuello. Dentro del cilindro había una vara de hierro. Ya en ese año se estudió y el arqueólogo alemán Wilhelm König, entonces a cargo del Laboratorio del Museo Estatal de Bagdad, lo identificó como una probable pila eléctrica. Desde entonces se han encontrado muchos otros objetos como este a lo largo y ancho de la antigua Babilonia. Actualmente, como está claro, ninguna de estas “baterías” tiene carga eléctrica alguna, porque han pasado miles de años. Según las reproducciones que se han hecho, esta batería tendría una carga eléctrica que sí podría alimentar algún artefacto simple. Pero tener una batería eléctrica no serviría de nada si no tuviéramos algún artefacto que alimentar, algún artefacto como podría ser una bombilla.

Lámpara de Dentera
Hay en los muros del templo de Hathor de Dendera, en Egipto, iniciado por Nectanebo I (siglo IV a. C.) y terminado en época romana unos relieves esculpidos en la piedra. Para muchos arqueólogos, estos relieves no significan nada, pero hay quien puede ver, en la imagen de la izquierda, una bombilla antigua. Según estos investigadores, se pueden comparar los objetos centrales de los relieves con otros dispositivos similares más modernos (como los tubos de Geisslertubos de Crookes, y lámparas de arco eléctrico). Esta hipótesis podría concordar con la incógnita de porqué en los profundos y oscurísimos templos egipcios no hay restos de hollín, pues la única manera de iluminar esa estancia sería por antorchas o similares. Se han hecho pruebas para intentar ver si se podrían iluminar con espejos como nos muestran nuestros amigos de Hollywood, pero a cada reflejo la potencia de la luz sería menor y se terminaría por perder en los largos pasillos de los templos, eso sin contar con que nuestros espejos actuales, en principio, estarían mucho más pulidos y reflejarían mejor la luz que los egipcios. Además, en todos los templos hay postes de cobre que siempre se ha pensado que servían a algún tipo de rito. Si se usaran estas lámparas eléctricas para iluminar los templos, tendrían sentido las barras de cobre y la ausencia de hollín o de luz natural de algún tipo.

Va siendo hora de reescribir nuestra historia, de concebir que ni somos tan listos como pensamos ni antaño eran tan tontos. Hay otros muchos ejemplos de tecnologías antiguas que nos dejan sin aliento, ya las iremos viendo. La antigüedad está tan repleta de secretos y sorpresas que nos vemos en la obligación de replantearnos la historia, nuestro presente y la manera en que afrontaremos el futuro.

miércoles, 1 de junio de 2011

#democraciarealya

Leía hace unos días en Béjar.biz, un periódico digital de Béjar, cuál era el consenso de mínimos a los que habían llegado en las asambleas que se realizaron en #acampadasalamanca, en la Plaza de la Constitución de la ciudad charra, o como ellos la han rebautizado, “Plaza del 15 de mayo”. Con estos mínimos han salido a la calle el pasado domingo en una manifestación que, la verdad, si no fui es porque me fue imposible, pero estoy con ellos completamente.

Estas exigencias, véase que no digo peticiones, se basan en tres puntos clave y básicos. Estos puntos son: Reforma de la ley electoral, democracia participativa e intolerancia a la corrupción y transparencia gubernamental.

Considero que son pilares básicos de un cambio completamente necesario. No es lógico que IU o UpyD necesiten casi 10 veces más votos para obtener los mismos escaños que CiU, por ejemplo. No es tolerable que la opinión de unos valga más que la de otros por el hecho de venir de tal o cual región. Sencillamente no es justo. También es un buen punto de inicio el hecho de consultar con los ciudadanos cuando se va a aprobar una ley que nos afecta directamente, la democracia no debe ser, como decía el otro día, la obligación de ratificar unas listas creadas por unos pocos para beneficio de los menos cada cuatro años, eso no es la democracia. Y por último, es completamente inadmisible que aquellos que nos dirigen, los que toman las decisiones que determinarán nuestro futuro sean aquellos que han demostrado sobradamente que solamente buscan su bien personal. No se puede permitir que aquellos implicados en tramas de corrupción se vuelvan a presentar a ningunas elecciones.

Estos son pilares básicos, buenos comienzos, pero ahí no se puede quedar la cosa. Hace un tiempo hablaba de algo que era indecente, yo presenté unos datos y dije que si alguien creía que no eran correctos que lo dijera, y nadie dijo nada, así que supongo que todos estaréis conmigo en que no es permisible que el salario mínimo de un diputado sea de 3.996€ al mes, más aún cuando estamos cansados de ver en los telediarios cómo cuando se supone que tendrían que estar estos señores “trabajando”, sus asientos están vacíos. Es una vergüenza la cantidad de coches oficiales que se usan en nuestro país. No se puede tolerar que cualquier persona sin ninguna preparación y cuyo único logro sea su fidelidad ciega al partido de turno sea quien cargue sobre sus hombros el destino de 47 millones de españoles.

Mapa mundial de acampadas
Pues bien, como os prometí aquí os he traído los consensos a los que han llegado en Salamanca, solamente una de todas las que está habiendo en el mundo. Aquí podéis ver con más exactitud los lugares donde se están reuniendo gente de todas las edades, intentando cambiar las cosas. Los considero muy positivos, necesarios. Obviamente hay cosas imperfectas y que no salen tan bien como esperábamos en todo este movimiento, eso está claro. Pero en reglas generales y ahora viéndolo un poco desde la distancia, puedo decir que estoy muy orgulloso de haber participado, que me alegro que haya sucedido y que, en reglas generales, me ha encantado el método. Ya lo decía Perez Reverte en su twitter, lo mejor de todo esto ha sido el método.

Para aquellos que queráis hacer algo práctico, aquí os dejo un enlace para firmar a favor de una democracia más parcitipativa.

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