jueves, 12 de mayo de 2011

En esto pensad

Ayer en una reunión, un amigo nos enseñó un vídeo de youtube, un anuncio de una marca que, realmente poco o nada tiene que ver con el mensaje del anuncio, en el que unos hijos preparan a sus padres, él ciego y ella con grave deficiencia visual, un día de aniversario de lo más especial. El caso es que ellos, por su condición, eran incapaces de percibir con un sentido, según los estudios, el que más usamos para ser conscientes de lo que hay a nuestro alrededor.

En esta celebración especial, les despertaron en su casa con la Orquesta Filarmónica Internacional. Emocionados, los padres se ilusionaron comprobando la belleza tan brutal que podían percibir con sus oídos, aunque no pudieran ver. Después los llevaron a una fábrica de perfumes en la que pudieron comprobar la delicadeza de las fragancias que podían percibir con el olfato. Su siguiente parada fue en su pueblo natal, pueblo que hacía mucho tiempo que no visitaban, allí tuvieron que reconocer a sus antiguos amigos y familiares solamente con el tacto, poniendo todo su afán en llevar sus sentimientos a la punta de sus dedos. Y por último, el cocinero Martín Berasategui, les preparó un plato exquisito para que aprendieran hasta qué punto se puede apreciar la belleza de la vida a través del gusto. Al final, la frase que resume todo el anuncio es: “hay dos maneras de tomarse la vida, puedes vivir lamentándote de todo lo que te falta, quejándote por el sentido que la vida no te dio. O aprovechar al máximo lo que sí tienes”.

La marca que anuncia, la verdad es que no tiene mucho que ver con la belleza del mensaje.

Me parece una de las mejores lecciones que podemos aprender en toda nuestra vida. Es una buena decisión el dejar de preocuparnos por lo que nos falta y comenzar a disfrutar y a ver todo aquello que tenemos, aquello de lo que nos podemos alegrar. Nosotros podemos ver la magnificencia de una flor, de un cielo estrellado, podemos oler aquello que rememora nuestra infancia, podemos escuchar nuestra canción favorita una y otra vez, y cerrar los ojos para poder sentirla muy dentro, rozando nuestra alma. Podemos degustar la frescura de las fresas, podemos sentir la suavidad de la piel de un bebé, y comprobar, mientras le abrazamos, su suave palpitar, la vida en su pequeño cuerpo.

Hay tantas cosas de las que podemos disfrutar, tantas causas por las que podemos estar agradecidos, tantísimas razones para poner buena cara ante la vida que, ciertamente, en las numerosas circunstancias en que vemos la vida de una manera negativa, solamente demostramos ser unos desagradecidos.

Os aseguro que seremos mucho más felices, tendremos mucha mejor cara ante la vida, incluso nos verán más guapos si solamente nos concentramos en pensar en lo bueno. No estoy hablando de conformismo, estoy hablando de optimismo.

Como decía San Pablo en su epístola a los filipenses capítulo 4 versículo 8:¨Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,  todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.¨

Con esto me gustaría dejaros hoy, con la necesidad que todos tenemos de estar agradecidos por lo que sí tenemos y dejar de obsesionarnos en aquello que nos falta. Pues con todo y con eso, estoy seguro que si los ponemos en una lista, saldrán ganando con mucho las razones para darle gracias a Dios.

Ahí os dejo el anuncio. Olvidaos de la marca, y tratad de no llorar.

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